Kampaoh, de Tarifa a A Lagoa, en Valdoviño: en una tienda con comodidades de un hotel
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Las instalaciones situadas junto a la playa de A Frouxeira refuerzan su oferta con 25 alojamientos de diversa capacidad
28 jun 2023 . Actualizado a las 05:00 h.En el cámping A Lagoa, en Valdoviño, huele a verano. Los surfistas entran y salen de la zona de camper surf, con bungalós equipados con literas, con capacidad para diez personas. Varias parcelas están ocupadas por autocaravanas o furgonetas, y se ve alguna tienda de campaña clásica. «Cada vez hay menos», señala Benito Castro, uno de los responsables de las instalaciones. Los clientes prefieren el glamping safari —dos bungalós de lona, con dos habitaciones, baño propio, cocina, salón-comedor y porche— y el glamping en formato tienda, que retiran durante el invierno para evitar los efectos de la lluvia y la humedad.
La oferta de glamping (cámping con glamur, según la definición oficial) de A Lagoa se ha reforzado, desde hace unas semanas, con 25 tiendas de la marca Kampaoh, un concepto surgido en Tarifa que se está extendiendo por todo el territorio. Hay varios modelos de estructuras: bell, con una cama (de 1,35 metros, como todas las de la firma); emperador mini, con dos; emperador, con tres; y bora, construcciones de madera cubiertas de lona con un altillo interior y una litera.
En la entrada de cada tienda hay una guirnalda de luces y delante, una esterilla, una mesa y dos sillas (en el caso de las más pequeñas, pensadas para una o dos personas), o una mesa alargada con dos bancos paralelos (en todas las demás). «Son los merenderos», aclara el ferrolano José María Pérez, contratado por Kampaoh como asistente de dirección en A Lagoa.
«Llegamos a un acuerdo económico, nos alquilan las parcelas y les damos los servicios del cámping [aseos y duchas, fregaderos o lavandería], y registramos a los clientes [a efectos de notificación a las fuerzas de seguridad], pero la entrada y la salida la gestionan con personal propio», explica Castro.
Precios según la demanda
En el interior de cada estructura, aparte del mobiliario básico, los campistas se encuentran con toallas de baño, ropa de cama o menaje. «Cámping fácil, bonito y sencillo, pensado para la gente a la que le gusta la naturaleza pero no quiere renunciar a las comodidades de un hotel», apunta Jéssica Hernández, encargada de Kampaoh en A Lagoa. Así funciona esta empresa, que en Galicia ya está presente en la costa de A Coruña y Pontevedra.
Como indica Hernández, las reservas se efectúan a través de la web (kampaoh.com) o en plataformas como Booking. Sobre los precios, varían en función de la demanda y la temporada. En junio, una noche en una tienda bell oscila entre 50 y 60 euros, y en una del modelo bora, de 70 a 80.
El cámping A Lagoa funciona todo el año (la mayoría de las tiendas de Kampaoh se desmontan al acabar el verano), con cafetería (con vistas al mar) y restaurante abiertos al público. «Desde principios de mayo hasta mediados de junio estuvimos a tope de gente, prácticamente todos extranjeros», comenta Castro. En temporada alta cuentan con una plantilla de 13 personas (dos aún no se han incorporado), y el resto del año, con dos a tiempo completo y otra a media jornada.