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Los hosteleros que emprendieron en Fisterra por amor y ahora son amigos y confidentes de su clientela

Marta López CARBALLO / LA VOZ

VEN A GALICIA

Palmira, junto a una clienta australiana
Palmira, junto a una clienta australiana ETEL&PAN

«Non só se trata de servir comida e cobrala, queremos coñecer as historias dos clientes, escoitalos», dicen desde Etel&Pan

09 jul 2023 . Actualizado a las 00:43 h.

Una colombiana afincada en Estados Unidos que es ya una habitual, una familia europea que eligió Fisterra para empezar una vuelta al mundo de dos años, una abuela americana que hizo el Camino desde Ponferrada con su nieta para celebrar su 84 cumpleaños o una pareja de estadounidenses que superaron todas las adversidades y que se aferraron a su amor para salir adelante.

Detrás de cada persona hay una historia. Lo saben bien en Etel&Pan, un pequeño negocio hostelero fundado en Fisterra por Etelvino Bande y Palmira Castro en 2015. Ella, educadora social de Sardiñeiro, y él, politólogo de Ourense, decidieron emprender en el fin del mundo por amor, «para poder estar xuntos», comenta él. «Comida e bebida riquiña con produtos artesáns de Galicia», reza el rótulo de su taberna-ultramarinos, por la que pasan a diario peregrinos, visitantes y locales. Pero no son pasos transitorios, efímeros: cada visita deja un poso, un legado, ya sea físico o emocional. «Estamos nun lugar peculiar, na fin do mundo, e a maioría da xente que vén aquí ten unha historia de fondo. A nós non nos gusta ser un restaurante máis, que serve comidas e cobra por elas. Queremos ofrecer un trato máis humano e por iso nos gusta escoitar esas historias. Cando estamos moi a tope a veces non é posible pararse tanto a falar, pero intentámolo sempre que podemos», cuenta Etel.

Algunas de esas historias, con el permiso de sus narradores, acaban en las redes del restaurante. Algo así como un cuaderno de bitácora, un libro de firmas, un recuerdo más permanente de esas gentes que llegan desde todos los rincones del globo. «Por distancia, xa non nos sorprende nada», bromea Etel, «porque ata é habitual que veña xente de Nova Zelanda. Si que nos sorprende, por exemplo, a orixe na que algúns comezan a facer o Camiño. Viñéronnos xa varios casos que comezaron dende Polonia, o cal non é nada habitual», añade.

También recuerda a dos mujeres que hicieron el Camino con un bebé de año y pico, con un carrito adaptado para circular por diferentes terrenos; al llegar a Santiago, decidieron que querían continuar a Fisterra e hicieron la etapa en apenas un día. «Chegaron derrotadas, ao día seguinte viñeron por aquí xantar e contáronnolo», señala Etel. Más casos: el de una familia europea que, paradójicamente, hizo en el fin del mundo su primera parada de la vuelta al mundo que planeaban completar en dos años. «Hai tempo que non o fago, pero teño consultado nestes mapas de navegación por onde ían, por curiosidade», asegura el hostelero.

Etel (izquierda), con un cliente canadiense
Etel (izquierda), con un cliente canadiense ETEL&PAN

De esos encuentros, de esas charlas, tienen salido también sinergias laborales, como el mapa de la comarca que les hizo hace un tiempo una ilustradora que, al terminar de hacer el Camino, pasó unos días en la localidad. Se fijaron en los dibujos que hacía en su cuaderno, se lo propusieron, y así salió. «Ese trato co cliente intentamos inculcarllo tamén aos nosos empregados», comenta Etel. Junto a él y a Palmira, trabaja un equipo de camareros y todos hablan varios idiomas.

Los productos de su carta, fundamentalmente bocadillos y hamburguesas, llevan nombres de lugares especiales para ellos: Caneliñas, Cabo Touriñán, Boca do río, Gures, Ézaro, Praia do Rostro... Así, también hacen las veces de guías y recomendadores turísticos. «O que máis lles gusta, polo xeral, non son os sitios máis emblemáticos, senón as sensacións, o conxunto».