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El Camino Portugués apenas habla español por la avalancha de peregrinos de países como Corea, Taiwán o Estados Unidos

Rodrigo Cumbraos / M.H. PONTEVEDRA / LA VOZ

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Martina Miser

La afluencia de extranjeros es cada vez más notoria en la ruta jacobea que atraviesa Pontevedra tras el repliegue que supuso la pandemia. Hasta los peregrinos de Corea o Taiwán se cuentan al por mayor

10 jul 2023 . Actualizado a las 19:39 h.

Basta con poner la oreja a pie de cale en Pontevedra para darse cuenta de que el Camino Portugués, la ruta jacobea que atraviesa toda la comarca pontevedresa para luego encaminarse hacia Pontecesures, Padrón y Santiago, vuelve a hablar muchísimos idiomas. El aluvión de peregrinos extranjeros que la puebla es tal que, medio en broma, medio en serio, Tino Lores, gran artífice de la explosión que vive este Camino, señala: «No albergue público xa non se fala español».

Con la temporada alta de caminantes en pleno apogeo, las previsiones son buenas para este 2023. Se espera que se mantengan las cifras alcanzadas durante el ejercicio pasado pese a que ya no estamos en Año Jacobeo. Aún así, y a pesar de la obvia dificultad que supondría mejorar los datos, reina el optimismo alrededor de esta posibilidad. Uno de los motivos en los que se basan los más optimistas es en la prematura llegada de peregrinos, a diferencia de lo ocurrido en el 2022, cuando tardaron un poco más. El anterior fue un año excepcional en el que se juntó la Peregrinación Europea de Jóvenes, que condujo hasta Santiago a casi seis mil personas de entre 18 y 35 años, con el Año Santo. Esta coincidencia derivó en unas cifras cercanas a los 145.000 peregrinos que atravesaron Pontevedra.

Tino Lores, presidente de la Asociación de Amigos do Camiño Portugués, muestra su optimismo con las cifras y las buenas sensaciones que hay por la recuperación del perfil de peregrino extranjero, que se había perdido con la pandemia y el consiguiente cierre de fronteras. Lores señala que no solo hay una avalancha de caminantes europeos, sino de prácticamente todos los países del mundo: «Temos estadounidenses e asiáticos, de Taiwán ou de Corea do Sur, de todo o mundo». Su increíble memoria le facilita recordar anécdotas de muchos de ellos, como la de unos jóvenes checos que llegaron hace poco con los pies destrozados. Y su conocimiento de las estadísticas también le permiten afirmar sin titubeos la tendencia de que cada vez los portugueses y los franceses se apunten más a la ruta. 

Los jóvenes, al albergue

Como es habitual, el perfil tipo de peregrino que desembarca en el albergue público de Pontevedra es joven. Lores habla de los jóvenes como un grupo de peregrinos que realizan el camino sin visos de gastar mucho dinero. Son gente, señala él, que «quere aforrar cartos» o que prefiere gastar su presupuesto en cosas que no sean dormir, así que tiran de las instalaciones públicas que cobran ocho euros por la pernocta. «Non temos o perfil de peregrino de alto standing», indica sobre los huéspedes del único albergue público de la capital del Lérez.

Precisamente, el albergue pontevedrés se está ampliando actualmente. Lores señala que ha entrado ya en la fase final de las obras. A pesar de que se estableció primeramente una fecha próxima al 25 de julio para su apertura completa, Lores confirma que hay planes para que «a finais da próxima semana poida estar listo». Quizás no esté completamente terminado, pero sí operativo, es decir, disponible para que «poidamos meter máis peregrinos dentro». No en vano, el albergue lleva unas semanas en las que únicamente puede hacer hueco a un tercio de los 92 peregrinos que deberían llenar el lugar en condiciones normales. La mayor preocupación de Tino Lores es poder dar cobijo a los peregrinos porque «hay mucha necesidad de pernocta, hay público para todo tipo de establecimientos».

Desde el albergue pontevedrés ponen en valor la labor que sigue haciendo la Asociación de Amigos del Camino Portugués, que cuenta con 1.600 asociados. Y, sobre todo, destacan su empeño por darle seguridad a los peregrinos. «Todos aqueles puntos negros ou de falta de seguridade que fomos denunciando corrixíronse», indica Lores. Todavía falta alguno como la entrada en Pontevedra por la carretera de Tomeza. pero está previsto que la Diputación realice una obra de mejora y cree una senda. Lores recalca la seguridad que transmite el Camino a su paso por Pontevedra. Aunque confía en que «o apóstolo Santiago siga protexendo aos peregrinos» afirma que es destacable que el año pasado pasasen 145.000 peregrinos y no hubiese ninguna incidencia grave. Ni tampoco en el albergue público, donde, señala él, pese a la gran afluencia de caminantes ni siquiera se producen los típicos hurtos. El objetivo es que este año, además de mantener las cifras del año pasado, siga la tranquilidad a lo largo de la ruta. De momento, el verano no deparó ningún susto destacable.