Los tres albergues cápsula de Lugo triunfan en el Camino: más intimidad por el mismo precio

Lo bueno de socializar en un albergue con la intimidad de dormir en una cama individual, y a un precio económico. Esa es la gran ventaja que los peregrinos ven en los hoteles con cápsula que proliferaron por la provincia. El modelo japonés se coló en tres alojamientos de Lugo, que triunfan con sus cabinas entre caminantes pero también entre turistas.

El Camino de Santiago hizo suyo hace años el modelo de los hoteles cápsula inventado en Japón. De una ciudad superpoblada donde dar cama a miles de trabajadores de paso, se trasladó a pueblos con plazas limitadas a los que llegan a diario miles de caminantes.

El primero de la provincia

• Hostel Zendoira, Palas de Rei
• Precio medio: 15 euros

El primero de la provincia de Lugo en ofrecer este alojamiento fue Zendoira, en Palas de Rei. En el resto de provincias de Galicia, tan solo hay uno en la ciudad de Pontevedra y proyectan otro en Vigo. 

Abrieron en el  2016 con el objetivo de diferenciarse del resto de establecimientos de la villa. Las clásicas habitaciones con literas constan en este caso de cabinas individuales con una cama de 90 que se cierra con un cortina. Dispone de una taquilla, una toma de corriente y una pequeña estantería. El creador fue un carpintero de A Pobra de San Xiao. 

El albergue de Palas cuenta con 50 plazas, que desde el primer momento fueron muy demandadas por peregrinos en busca de una mayor intimidad. Al principio, tenía un mayor éxito entre los caminantes extranjeros, sobre todo los de origen oriental, pero este tipo de alojamiento ya triunfa entre todas las nacionalidades. 

Para no perder tampoco la esencia del Camino, el albergue sigue contando con una cocina común, además de un restaurante con terraza. Por una tarifa de unos 15 euros, los peregrinos duermen en la siguiente versión de un albergue del Camino. 

Alojamiento automático en el Camino Primitivo 

• Hostel Cross, Lugo
• Precio medio: 20 euros

El siguiente local que se unió a esta tendencia fue el Hostel Cross, en la ciudad de Lugo, hace cuatro años. Aunque fue incluso un paso más allá: todo el alojamiento está automatizado. Los huéspedes acceden al interior a través de una clave y la cama se ilumina sola para adjudicarse. 

La responsable, Isabel López, asegura que la novedad que suponía hizo que funcionase desde el primer momento. «Todos nos dicen que casi no hay alojamientos así», relata. Los peregrinos son sus principales clientes, ya que buscan las opciones más económicas pero con una simple cortina pueden disfrutar de una total intimidad, que muchas veces falta en albergues repletos. 

Sin embargo, este modelo de dormitorio también llama la atención de familias de turistas que buscan las tarifas más bajas para pasar sus días en la ciudad de Lugo. «También vienen padres con hijos». Desde su apertura, en el que triunfó por diferenciarse, López explica que el negocio ha funcionado cada vez mejor. Actualmente ofrece las cápsulas a 20 euros la noche en algunas plataformas.

Aun así, la emprendedora destaca que construir un modelo de cápsulas supuso un coste mucho mayor que instalar camas. Al menos, al funcionar de manera automática, pudo ahorrarse mano de obra, «que es casi imposible encontrar». Aunque no haya nadie en recepción, sí cuenta con un empleado para solucionar posibles problemas y realizar el mantenimiento de las habitaciones. 

Cápsulas únicas en el epicentro del Camino Francés

• Hostel Andaina, Sarria
• Precio medio: 15 euros

El último albergue en unirse al estilo japonés fue el Hostel Andaina, en Sarria. La villa donde la mayoría de peregrinos deciden iniciar su itinerario está repleta de hoteles, pisos turísticos y albergues, así que Ramiro decidió emprender con algo distinto. «No había este tipo de servicio así que me lancé», recuerda.

La primera inversión de este sarriano en el Camino de Santiago fue un éxito. Ofrece 26 cápsulas con estantería, enchufe y luz. Ramiro asegura que para algunos caminantes es un alojamiento más, pero muchos demandan especialmente este tipo de camas. 

«Hay zonas comunes, como una cocina, donde tienen margen para conocerse y pasar el rato juntos, pero si quieren estar solos simplemente tienen que correr la cortina de su cama», explica. El hostel de Ramiro tuvo demanda desde el primer año que funcionó y detalla que suele llenarse en la temporada alta, especialmente en verano. Una noche en una cápsula en el local de Sarria tiene un precio de 15 euros, que dista del dinero necesario para un hotel y se asemeja al de un albergue público.

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