En Ferreira, Guitiriz, escondido entre la frondosa vegetación de un impresionante paisaje rocoso formado por las canteras de Parga, se halla el Muíño de A Ruxida. El lugar destaca por su belleza e historia.
21 ago 2023 . Actualizado a las 14:06 h.Las aguas de Guitiriz son muy conocidas tanto por sus beneficios medicinales como por los paraísos naturales que conforman sus manantiales y ríos. Pero hay otros tesoros menos conocidos de este municipio de la Terra Chá porque no forman parte de sus rutas señalizadas.
A solo unos ocho kilómetros del centro de la villa de Parga se encuentra uno de ellos, un escondido paraje donde en primavera y otoño una imponente cascada de diez metros de alto retumba mientras el agua se precipita sobre la piedra. A su lado, un molino de casi noventa años de antigüedad preside la zona, junto a un merendero más reciente para quienes quieran disfrutar de una comida a la sombra de los árboles autóctonos. La vieja construcción fue levantada por vecinos de la zona, que no querían caminar hasta Parga para moler su trigo y centeno.
Pero antes de encontrar este bonito lugar, un yacimiento arqueológico llamado Pena de Xiboi se interpone en el camino del visitante, haciendo que sea una parada obligada.
Esta gran piedra fue estudiada hace treinta años y gracias a una excavación realizada más tarde se encontraron alrededor de ella unas tres mil piezas elaboradas hace unos 9.000 años con materiales como el sílex o el cristal de roca. Las proporciones de Pena de Xiboi llaman la atención de quienes recorren los caminos de la cantera, siendo esta la única forma de acceder al monumento, declarado Ben de Interese Cultural. Se trata de un abrigo entre grandes rocas que se cree que sirvió como refugio temporal del hombre en los inicios del Epipaleolítico (entre el 8.000 y 6.000 años antes de Cristo). Desde el yacimiento al molino hay apenas unos 500 metros. Es preferible hacerlos a pie ya que los senderos están deteriorados por el paso de los camiones de la cantera y si no se dispone de un todoterreno, estos baches pueden ser incómodos para transitar. El sendero también se entrecruza con el Camino del Norte a Santiago de Compostela, por lo que es habitual encontrar a algunos peregrinos.
Para llegar al lugar, lo más sencillo es, desde la villa de Parga, seguir las indicaciones hasta Becín para llegar a O Abelendro y una vez allí continuar todo recto hasta cruzar el Río Ladroil, donde una señal indicará la dirección del molino.
La poza que se forma con la cascada no tiene una gran profundidad para bañarse, pero si esa es la intención del visitante, a solo doce minutos en coche y en el centro de la parroquia de Santo Estevo de Parga hay una zona habilitada en el río para refrescarse en los días de calor. Esta zona de baño se encuentra dentro de las instalaciones del Centro de Iniciativas Turísticas, un espacio perfecto para pasar una tarde de verano o para tomar algo en la bonita terraza del bar, ubicados en plena ribera del río y rodeados de una amplia zona verde.
Mejor época
En verano, el riachuelo se seca con el calor, por lo que la primavera o el otoño son las épocas idóneas para disfrutar de la cascada.
Recomendaciones
Los caminos de acceso no están en buen estado, lo aconsejable es llevar un todoterreno o ir andando.