La granja que regenera el suelo y sueña con repoblar el campo
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El proyecto de economía circular implantado hace más de una década por Millo e Landras en Vilasantar busca ser el motor para dinamizar la economía rural a través de proyectos de innovación para el sector primario
11 sep 2023 . Actualizado a las 17:07 h.Todo parte de la tierra en Millo e Landras, una cooperativa agraria nacida hace doce años en la Vilasantar, donde Marta Beatriz García Villar y Víctor Manuel Boga Vázquez crearon lo que ellos definen como una célula viva: «Aquí se cierran todos los círculos de la materia, todo sale de la tierra y todo vuelve a ella gracias a los animales y a los procesos de compostaje», resumen. Desde la parroquia de Mezonzo de esta localidad coruñesa practican la agroecología como filosofía de vida: «Utilizamos circuitos cortos de comercialización», explican, basados en la venta directa en la granja, a domicilio y a grupos de consumo responsable locales. Y también trabajan en la promoción de esta forma de vida sostenible, con actividades de formación. De hecho, en su énfasis por conseguir un suelo más saludable, llevan más de dos años poniendo en práctica medidas en la gestión de biorresiduos, a través de la creación de un espacio donde los vecinos del concello pueden depositar sus podas; o disponer de manera gratuita de una biotrituradora para evitar quemas o envíos al vertedero. «Además hemos establecido un sistema de recogida puerta a puerta en restaurantes, consiguiendo así una gran cantidad de materia orgánica para compostar e incrementar la salud del suelo», detallan. Gracias a estas medidas, la asociación de fabricantes y distribuidores Aecoc premió a Vilasantar en el 2021 como el municipio de España más comprometido contra el desperdicio alimentario.
Para los dos artífices de Millo e Landras el carácter diferenciador de su granja es su carácter innovador y el respeto por el entorno, «especialmente del suelo como sustento de la vida». Y dedican muchos esfuerzos y recursos a la innovación en el sector primario. Desde junio, participan en un proyecto de investigación del programa europeo Horizonte Europa para analizar cómo afecta la biodiversidad del suelo. Y también han colaborado con el Hub de innovación DATAlife en un plan de digitalización para la granja.
A lo largo de los años, Millo e Landras ha mantenido un volumen de facturación discreto en cuanto a venta de alimentos, y sus creadores no pretenden aumentarlo «ya que esto iría en detrimento de la calidad de nuestros productos». En la parte en la que sí quieren hacer crecer su empresa es en la línea de formación y difusión de un modo de vida en el entorno rural vinculado a la agroecología y el respeto a la tierra: «Nos gustaría crear un espacio de acogida y orientación a nuevos pobladores del medio rural» que, según explican, funcionaría como una empresa de inserción laboral para frenar la despoblación. «Nos encontramos en un entorno muy atractivo pero muy desconocido», destacan, e insisten en que espacios como su granja pueden tener un gran impacto social: «Este proyecto tiene un carácter de innovación social muy fuerte y podría ser un motor muy potente para la dinamización de la economía rural y la repoblación». Y en esta línea está su visión de futuro, en conseguir ser un referente para personas que deseen hacer una transición hacia una nueva forma de vida rural. Y remarcan que su forma de hacer agricultura es clave para afrontar el reto climático de una forma mucho más resiliente.