Sara Sánchez, técnica de Turismo: «Unos me preguntaron si las cuerdas de batea eran una escalera para subir al piso de arriba»
VEN A GALICIA
Reconoce que el municipio tiene muchos rincones por descubrir, pero «el reclamo más grande de A Pobra son las piscinas naturales»
27 sep 2023 . Actualizado a las 19:54 h.Todos los trabajos suelen tener una parte buena y otra que no lo es tanto, aunque eso no significa que sea mala, ya que incluso puede acabar convirtiéndose en algo divertido. Los técnicos de Turismo tienen a su favor que pueden presumir de todas las excelencias de un lugar, pero a veces también deben lidiar con algunos visitantes que parecen llegados de otro planeta por las preguntas que hacen.
La pobrense Sara Sánchez lo sabe bien y atesora un buen puñado de anécdotas: «Lo más raro que me pasó fue cuando trabajaba en un museo en Rianxo, y unos turistas me preguntaron si las cuerdas de batea eran una escalera para subir al piso de arriba». Otro despiste en el que suelen caer quienes se acercan a esta esquina de Galicia es que no tienen percepción de la distribución geográfica de las rías y piensan que Sanxenxo está justo enfrente, o que la distancia que separa A Pobra de Baiona y Camariñas es apenas de unos kilómetros, «porque para muchos Galicia parece muy pequeño, y creen que se recorre rápido».
Visitar la isla de «Joms»
Lo de cambiar los nombres de lugares se coloca en el top ten de las turistadas, y merece un capítulo aparte. «Yo ya he escuchado de todo: desde que quieren ir a la isla de Joms, de OoMs o de Oslo (en lugar de Ons), a las Ceis (Cíes), o que se alojan en Bruño, que pensé que se referían a Xuño y realmente estaban hablando de Broña», apunta Sara Sánchez, que es diplomada en Turismo por la Universidade da Coruña e hizo un máster en dirección y planificación turística en Santiago.
También recuerda el caso de unos visitantes que le dijeron que venían «de conocer la Costa de la Muerte, y hemos llegado hasta Muksía», o los que llegaban de la fervenza da Toksa, y no faltaron los que querían acampar en la sierra de Culero, cuando realmente se referían al monte de A Curota.
Sánchez, que lleva desde el 2014 como técnica de Turismo en A Pobra, señala que los visitantes no han cambiando tanto en este tiempo, «porque la gente siempre viene buscando que le digas qué pueden ver y conocer. Lo que sí es diferente es que antes venían menos informados, pero ahora con internet tienen todos los datos más a mano». Tras el pequeño paso atrás que hubo durante la pandemia, la pobrense cree que este verano se superaron con creces los registros del año pasado, y sigue predominando el turista nacional, porque el internacional «siempre está vinculado al turismo náutico. Vienen de Irlanda, Francia, Holanda o Reino Unido». Y, ¿cuál es el lugar preferido para visitar? Sara Sánchez lo tiene claro: «El reclamo más grande de A Pobra son las piscinas naturales, todo el mundo pregunta por ellas».
Aunque la temporada de verano que acaba de finalizar es cuando más trabajo tienen ella y su compañera, la pobrense reconoce que el objetivo es seguir apostando por la desestacionalización, ofreciendo alternativas atractivas para todo el año.
«La oficina de información turística es la tarjeta de visita de un destino, y A Pobra tiene recursos espectaculares que son propios y que no necesitan de nada más, y por eso debemos aprovecharlos y ponerlos en valor», señala Sánchez. Señala como ejemplo las jornadas de turismo con las mariscadoras, que permiten que el visitante viva una experiencia nueva y que se meta en el papel de estas trabajadoras, lo que ayuda a que aprecien todavía más los productos del mar.