Asia está de moda, también a la hora de sentarse a la mesa. Entramos en cinco templos gallegos de la cocina japonesa, y nos confirman que su implantación es tal que en Galicia ya nos atrevemos con todo
13 sep 2024 . Actualizado a las 16:49 h.Las cosas han cambiado. Y el paladar de los gallegos y gallegas se ha abierto a un sinfín de experiencias culinarias, entre las que lidera la comida japonesa. Un buen ejemplo de ello es que el barrio de Monte Alto, coruñés donde los haya, cuente con un templo del sushi. «Al principio la gente era reacia a comer pescado crudo. Pero últimamente ya están más abiertos en ese sentido, y a pedir este tipo de comida. Para la gente de aquí se ha convertido en una especialidad», confiesa Dante Di Egidio Mosquera, responsable de Chira Sushi. En su restaurante, donde sirven sushi tradicional, especial, y también comida tailandesa y fusión con la gastronomía peruana, el 70 % de los comensales se decantan por sus rollitos clásicos.
Parte de su éxito reside en la calidad de la materia prima: «Hay que tener una buena rotación del producto. Esto te garantiza tenerlo fresco. Tratamos de que vengan los pescados tres o cuatro veces a la semana», explica Dante. Sus makis, uramakis, sashimis y nigiris son de los más demandados en A Coruña. De hecho, ya lograron que cambiase de opinión más de una persona mayor. «Ahora se atreven mucho y a cualquier edad. Hemos tenido experiencias muy buenas con clientes que, sin saber al principio qué comida era, poco a poco la fueron probando. Luego volvieron hasta con las nietas, porque les había encantado», afirma el responsable.
De madre gallega y padre italiano, Dante lleva más de 20 años en el gremio introduciendo pedacitos de la gastronomía internacional. «A los que lo prueban por primera vez les aconsejo siempre empezar con algo que esté un poco cocinado, que no sea totalmente crudo. Porque la impresión que te da al principio puede no ser muy buena. A partir de ahí, ir avanzando mientras el paladar se va ajustando y la comida entra mucho mejor», sostiene. Tal es así que ahora le piden más el sushi clásico que el elaborado con salsas y otros ingredientes.
Sushi y compras en Pontevedra
En Sushi Natural nada es lo que parece. Porque cuando uno se propone ir a comer sushi se imagina acudir a un restaurante japonés en toda regla. Y el hecho de que este local se encuentre en la entrada del centro comercial de Carrefour de Pontevedra no deja de causar sorpresa, porque el concepto es totalmente diferente. Está pensado para que hagas una parada mientras realizas las últimas compras del día o que optes por llevártelo a casa. Justamente después de venir de shopping, lo último que te apetece es ponerte a hacer la comida. Y qué mejor manera de darte un homenaje que hacerlo con una cuidada selección de sushi. También el nombre del local, Sushi Natural, que dirige tan amablemente Lingui Du, es una auténtica declaración de intenciones. Está pensado a conciencia, porque lo que reivindica es una manera artesanal de hacer sushi en la que la calidad y la frescura del producto es su mayor orgullo. Solo hay que ver las reseñas que tiene este local pontevedrés, que lo sitúan como uno de los mejores sushi de la ciudad. «Es una parada indiscutible», comentan algunos de los comensales que se dejan caer por allí habitualmente. Además de la calidad, otro de los aspectos que destacan es el ajustado precio. Pero si hay algo que sobresale por encima de todo es la amabilidad de Lingui Du. Nosotros damos fe de ello. Porque en ella también se encuentra el último de los aspectos sorprendentes. Esta mujer de 55 años no procede de Japón, sino de China. Pero eso no le impide ser una auténtica maestra shokunin. Cuenta que antes de llegar a Pontevedra hace nueve años vivió mucho tiempo en Madrid y que fue allí donde aprendió a hacer sushi. «No me gustaba el frío ni el calor de Madrid. Lo pasaba mal. Por eso decidí vivir en Galicia. Primero estuve en A Coruña, luego en Vigo y ahora ya llevo bastante tiempo aquí, en Pontevedra, con mi marido y mis hijos. Y ya no pienso moverme», dice. Lingui Du sabe que hay mucha competencia con la aparición de nuevos restaurantes japoneses, pero ella sigue fiel a su estilo. Buen hacer, buena materia prima y la amabilidad como bandera. Esa es la clave de su éxito.
Si sobra, se penaliza
Bajo el lema sushi «a fartar», una expresión que resume a la perfección la filosofía de los gallegos a la hora de sentarse a la mesa (porque ya se sabe que en la tierra de Rosalía impera aquello de «se non sobra, non chega»), abría sus puertas el pasado mes de diciembre Sushi Utopía Ferrol. Pero, ojo, en este descomunal restaurante consagrado al manjar japonés (cuyo nombre comercial remite a la urbe naval, aunque está ubicado en la parte naronesa del polígono de A Gándara), el que quede comida en el plato se penaliza. A cambio de un precio único que en el caso de los adultos oscila entre los 16,90 y los 25,90 euros (en función de la hora y el día de la semana elegidos por el comensal), uno puede llenar el estómago hasta reventar, pero por cada plato en el que quede todo o casi todo sin tocar hay que abonar un recargo de entre 2,5 y 5 euros, para evitar así el despilfarro de comida. Solventado el asunto de las cuentas, lo que queda claro es que en Sushi Utopía Ferrol todo se hace a lo grande. Con capacidad para trescientos comensales, el restaurante abre sus puertas en una nave de 1.500 metros de superficie en el efervescente polígono de A Gándara, a un tiro de piedra del centro comercial Odeón. Y en medio de un escenario que remite a las películas de ciencia ficción, repleto de luces de colores y robots que hacen de camareros (Dora y Shizu), el cliente puede elegir entre un sinfín de platos. Las diferentes elaboraciones de sushi copan el 60 % de la carta, mientras que un 20 % se corresponde con otras especialidades asiáticas (fideos, gyozas, baos, etcétera) y el restante 20 % son recetas con sabor gallego o español (como croquetas, calamares o pulpo a la plancha), por si alguno del grupo no es forofo de las delicias del Lejano Oriente. Hay tanto para elegir que la boca se hace agua decidiendo la comanda, pero lo recomendable siempre pasa por ir poco a poco, para no pasarse de frenada. Una vez decidido, el cliente no tiene que levantarse para servirse la comida, sino que puede ir haciendo los pedidos desde su mesa, mediante una tablet. Y luego ya solo le queda esperar a que se lo lleven y disfrutar hasta «fartar».
Platos de premio en Vigo
El nigiri de croqueta de carabinero fue la propuesta culinaria con la que el restaurante vigués Nikko Espacio Gastronómico fue uno de los elegidos para formar parte del certamen Mejor Cocinero de Tapas por Galicia. En Vigo, su creciente clientela ya sabe de las cualidades de este establecimiento que ha vuelto a brillar como su antecesor, el Ruxe Ruxe, aunque con otro espíritu más marchoso.
Nikko lleva años posicionándose en el centro de la ciudad, en el barrio de Casablanca, y muy cerca del megacentro comercial Vialia, como uno de los locales de cocina asiática que preparan con alma gallega y preferencia cuando se puede producto de cercanía y laboriosidad oriental tras la barra y la cocina. El restaurante está especializado en platos tradicionales japoneses, desde delicias calientes como las gyozas o elaboraciones envueltas en pan bao, a las propuestas frescas como el sashimi y el sushi, que son una garantía fundamental a la hora de poner en el plato del comensal productos crudos. Nikko Espacio Gastronómico se presenta como especialista en sushi, pero también reconocen que les encanta beber de diferentes cocinas, como la hawaiana.
El vigués Nico Pío, que pasó antes por los fogones del restaurante nipón Vigo Kyoto y Kyoto Galicia, como su compañero el cocinero Miguel, pilota el proyecto con la pericia del jefe de sala Eladio Miniño. El local logró el segundo puesto en el concurso Petisquiño en el 2019, fue finalista dos años después y se hizo con la victoria en la última edición del certamen local que es llave para el de Madrid. Además está recomendado por Restaurant Gurú. Pero su gran virtud está en acercar a todos los bolsillos sus platos con materia prima de calidad, cosa que como reconoce Nico, tal como están los precios de todo, cada vez les cuesta más. Para ello cuentan con un menú del día por 16 euros, que vuela si no estás ágil con la reserva, y que suele incluir alguna opción de sushi además de otras delicias dignas de ser probadas.
Nuevos emperadores
El mejor sushi de Santiago es, como tantas cosas en la vida, cuestión de gustos. Existía cierto consenso en el boca a boca y en los portales de reputación sobre quiénes rondaban la excelencia, los que hacían un trabajo decente o los que, simplemente, no daban el nivel. Pero todo cambia en la hostelería y cada vez a más velocidad, y ese podio subjetivo ha saltado por los aires en los últimos tiempos. La llegada de nuevas franquicias especializadas, con locales atractivos y céntricos, y los fichajes de personal con experiencia han cambiado el panorama y elevado al trono de los emperadores del sushi al restaurante Sakura.
Lleva ocho años abierto en una buena localización del Ensanche compostelano (San Pedro de Mezonzo), y de su crecimiento y buena acogida da cuenta la inminente apertura de un segundo local que se va a estrenar en octubre solo una calle más abajo (Fernando III O Santo), reforzando su apuesta en una zona de la ciudad que mantiene una alta presencia de estudiantes, que conforman una parte importante de su clientela. Y así se entiende también cómo han conseguido hacerse un hueco en la amplia oferta de gastronomía asiática que ha crecido de manera sorprendente. «Calidad» y «comida sana», dice uno de los responsables de Sakura. Y precios razonables, podría añadir cualquiera que repase una carta tan amplia de variedades que asusta. Hablar de sushi en este negocio que pronto ampliará la actual plantilla de seis personas es tomar la parte por el todo, porque sobre la popular pieza de arroz complementado normalmente con pescado o verduras hay múltiples variedades, y otras muchas más que se parecen pero que no lo son. Todas encuentran acomodo en su carta, con precios de acceso que oscilan entre los 5 y 8 euros por ración. Y luego están las bandejas variadas, las más demandadas en los pedidos, que se mueven entre los 13 y los 42 euros, con hasta treinta piezas de sashimi, sushi y maki, opciones que permiten tener una idea muy aproximada del trabajo del sushiman, que acumula una larga experiencia y goza de prestigio entre los clientes más exigentes. Para facilitar la elección, y como novedad, Sakura ofrece unas bandejas más completas que se mueven entre los 14,90 y los 24,50 euros para un menú degustación, con postre y bebida.