La primera jornada resulta una suerte de ensayo general, con un volumen notable de público, muchos visitantes portugueses y sin colapsos de tráfico
17 nov 2024 . Actualizado a las 05:05 h.El termómetro marcaba 18 grados en la calle cuando el Belén de Vigo abrió este domingo a las 19 horas por primera vez sus puertas. La nieve artificial de los decorados que salpican el centro chocaba con infinidad de mangas cortas, chaquetas y hasta los gorros de lana de una ciudadanía que quiso vivir sin colapsos el primero de los 58 días de Navidad continúa que Vigo tiene por delante.
La primera jornada navideña tras el encendido contenido del sábado resultó ser una suerte de ensayo general. Los voluntarios en los cruces vigilando que el carril habilitado para los coches de los residentes estuviese expedito; los altavoces semejando un estado de prueba en vivo mezclando temas acordes con el decorado o de los Rolling Stones; los vendedores ambulantes de globos, camisetas y todo tipo de merchandising testando en sus bolsillos la idoneidad de la esquina elegida, y las cafeterías localizadas en la zona cero de dónde nace la Navidad, comprobando cómo de consumidora viene la gente este año.
Las primeras colas, llevaderas, surgieron bajo el árbol que no ha dejado de crecer en los últimos diez años; en la parada del tren que sigue la ruta de los hitos que no se deben de perder, y en alguno de los puestos de la feria de la plaza de Compostela. Pero sin agobios, sin que aún resulte imposible hacerse un selfi sin un desconocido detrás.
«No hay atascos ni en la entrada ni a la salida de la ciudad, ni tampoco en el centro», aseguraba tras el encendido el responsable de guardia de la Policía Local. «En todo caso, estamos preparados», añadió presto. Las cámaras del Concello situadas en lo alto de puntos estratégicos del plano urbano refrescaban sus imñagenes a primeras horas de la noche sin dejar pruebas de que las arterias de asfalto fuesen a colapsar. «Pudimos aparcar sin problemas en el aparcamiento», comentó una conductora en García Barbón presta a zambullirse con sus pequeños en el recorrido que a sus pies marcaba el alfombrado rojo.
Son 420 calles las iluminadas, recorridas en su mayoría por público local y mucho llegado ya de Portugal. Unos y otros saben que lo gordo está por llegar en los próximos fines de semana y en el puente de diciembre, esta vez menos puente por el azar del calendario, pero igualmente señalado con una luz bien grande en la Navidad de Vigo.
En grande, en la pantalla gigante situada en el centro de la noria se da la bienvenida a Vigo, se invita a reciclar, se suceden las imágenes de las figuras más emblemáticas de este año, mientras gira y gira y cada vuelta es fotografiada desde decenas de móviles, álbumes de bolsillo de las primeras poses de la nueva Navidad.
El obispo anterior y el actual acompañaron al alcalde de la ciudad y a su esposa en la inauguración del belén, un escenario de oriente hecho para Vigo, al estilo napolitano por la Asociación Belenista La Morana, de Zamora. Todo un símbolo de los brazos alargados de la Navidad olívica. Una celebración que se estira en el calendario y que muchos establecimientos comerciales y ventanas de pisos han optado ya por adelantar, con decoración y luces, el espíritu de festividad.
Vigo está de fiesta y la alumbrarán 11,5 millones de luces LED o los millones que sean, nadie se los va a poner a contar. El número es uno más, como los 2.674 motivos engalanados, los 2.518 árboles iluminados o los 1.259 arcos ornamentales. La idea es atraer, hacer de la ciudad un destino con motivación especial, por la que este domingo salieron a la calle miles de vigueses, los embajadores de la Navidad, los que mandarán a todas partes las fotos que se hicieron el día del ensayo general.