Es la hora de moda, la que permite disfrutar de una copa, de una charla entre amigos o de unos bailes sin arruinar el día siguiente. Además, el tardeo es para todos los públicos. Algunos locales ya lo han convertido en su momento top
04 dic 2024 . Actualizado a las 10:49 h.«La noche no es para mí», aquella frase que cantaba el grupo Vídeo en los años 80, se ha convertido en una realidad para muchas personas unas décadas después. Ello no significa que renuncien a socializar, a bailar, a tomar una copa o a salir a divertirse. Simplemente, ha cambiado el momento del día en el que hacerlo. Incluso muchas de las tradicionales cenas de empresa de estas fechas se han reconvertido en comidas. Los pubs y las discotecas se han dado cuenta del giro en la tendencia. Y es ahí donde entra en juego el tardeo, una propuesta alternativa al ocio nocturno tradicional, que ha conquistado al público adulto y también a muchos jóvenes, que agradecen una oferta de ocio con todos sus ingredientes sin comprometer el día siguiente.
Lo supo ver desde el minuto cero la sala Zennet, en Pontevedra. Con menos de dos meses de vida, la Zennet, regentada por Carlos Fontán y Javier Mori, se ha convertido en el punto de referencia y el epicentro del ocio de la ciudad. Argumentos, desde luego, no le faltaban para conseguirlo: su ubicación —sobre el río Lérez—, con espectaculares vistas diurnas y nocturnas, la amplitud y comodidad de sus instalaciones (480 metros cuadrados), su decoración y su estética de corte industrial, sus servicios premium, una iluminación y un sonido imponentes...
Pero hay además otro elemento que ha contribuido notablemente a la popularidad de la Zennet y no es otro que sus animados tardeos. «Fue una apuesta que tuvimos clara desde el primer día», comenta Alexandre Portela, responsable de la programación de la sala. Y, efectivamente, la Zennet se inauguró el 5 de octubre con un tardeo y desde entonces no han dejado de celebrarse.
Tres organiza cada semana, desde las cinco de la tarde hasta la medianoche. Los de los viernes —tardeo after work— y los de los sábados —tardeo club—, están ambientados por dos DJ invitados cada día y música de baile orientada principalmente hacia los años 80 y 90, si bien a medida que avanza la tarde y entra la noche van teniendo cabida algunos guiños a la actualidad.
Los tardeos de los domingos comienzan con un grupo en directo, generalmente de versiones, y continúan hasta el cierre de la sala con un DJ.
«El de tarde es un público muy agradecido», comenta Alexandre. «Es gente de a partir de 35 años, que viene a disfrutar, sin ningún mal rollo, que consume bebidas premium y que valora mucho que le ofrezcamos esta propuesta».
En Zennet reconocen que ya se está notando el efecto de la Navidad. «Tenemos muchos grupos de amigos, de empresas, de gimnasios..., que vienen después de una comida y como tenemos varias zonas (para bailar, más tranquilas...), se pasan aquí la tarde entera».
Terraza privilegiada
La familia manda en Navidad, pero es una obligación que se interrumpe durante unos días del mes de diciembre. La cena de empresa es casi de obligada asistencia, al igual que los afterworks, que se convierten en tardeos navideños, muy frecuentes en las jornadas previas al puente de la Constitución y en los días cercanos a Nochebuena, Nochevieja o Reyes. Manuel Botero, encargado del restaurante Samaná (Rosalía de Castro, 9), está preparado para afrontar un mes de diciembre lleno de actividad. «Las cenas de empresa ya empiezan este fin de semana y se alargarán un fin de semana más», cuenta.
La propia configuración de Samaná permite aunar la doble oferta de comidas y cenas con sesiones de tardeo. La zona del restaurante es un espacio donde se puede disfrutar de una selección de carnes y pescados de primera calidad, mientras que el área de petiscos permite tapear de manera más informal. Sin embargo, la terraza es el preciado objeto de deseo por parte de la clientela. «En A Coruña casi vivimos en una primavera constante, y a la gente le gusta estar en la terraza», explica el encargado. «Además, es la carta de presentación para nuevos clientes, que se animan a entrar cuando la ven llena», añade. Para ocasiones especiales o para comidas o cenas se puede reservar sitio en la zona exterior.
Estas tres zonas invitan a los propios comensales de comidas o cenas de empresa a permanecer en el local para tomarse la copa de después o llegar antes para tomar el vermú, la caña o el vino. Samaná tiene una amplia bodega por copa. Baigorri y Pruno son buenas recomendaciones para los amantes del tinto, y Montenovo, un godello, para quienes prefieran blanco. Por botella, Pago de Carraovejas siempre es una opción acertada para celebrar la Navidad. Y, evidentemente, un buen champagne, como Bollinger.
DE «POINTEO»
EI próximo viernes 6, la discoteca Point de Vigo, ubicada en la plaza de Compostela, celebrará con una gran fiesta su décimo aniversario. Diez años que la han consagrado como destino y escala inexcusable en el animado ajetreo nocturno de Vigo. Pero antes de celebrar esta primera década, la Point se ha propuesto expandir horizontes y renovar y ampliar su propuesta. Y, lógicamente, atentos a la tendencia, su primera opción ha sido el tardeo, que ellos han rebautizado como Pointeo.
Desde mediados de noviembre, Point propone todos los sábados, a partir de las 16.30 horas, unas sesiones de tarde basadas en dos elementos sustanciales: el acogedor, desenfadado y siempre animado ambiente que caracteriza a la discoteca, al que se suma la música del equipo de DJ de La Duendeneta, habituales en muchos de los grandes festivales de Galicia. «Tuvimos muy claro que en Vigo, estas fechas, el binomio Point-Duendeneta sería invencible», comentan desde la sala.
La simbiosis entre La Duendeneta y Point es tal que la sala ha tuneado su cabina de DJ convirtiéndola en una furgoneta de 4 metros con la imagen y la estética de la famosa discoteca móvil.
El resto de la propuesta mantiene las bazas que han convertido a Point en discoteca de referencia en la ciudad: exquisita y moderna decoración, mimo en la atención y en el servicio, varios ambientes, reservados de hasta 20 personas justo al lado de la cabina del DJ y una terraza que en estos días se asoma al concurrido mercado de Navidad.
Como suele ser habitual en los tardeos, la mayor parte del público que se acerca a los pointeos supera los 30 años. Si bien la música que suena a esa hora no mira hacia al pasado ni hacia los sonidos más comerciales, sino más bien hacia el indie nacional e internacional, con algún toque de dance actual. «No queremos que la oferta de Vigo se limite a las luces y al comercio. El Pointeo supone una forma diferente y superatractiva de disfrutar de la ciudad en estas fechas», concluyen.
Lo que diga La Morena
El café La Morena irrumpió hace cuatro años en Santiago para hacerse un hueco como un local flexible y abierto, con la intención que tienen muchos, y pocos consiguen, que consiste en hacer las cosas bien desde primera hora de la mañana, y cuando el día se presta, estirar hasta pasada la medianoche. Esa capacidad de adaptación horaria también les permite transformarse cuando llega diciembre, y por eso el local que dirige Esperanza Prado junto a sus hijas Marina y Esperanza López, se ha convertido en uno de los más demandados para celebrar fiestas y encuentros, o para darle continuidad a comidas y cenas navideñas. Para comer y beber allí, o solo para lo segundo, porque lo mejor de su café, ubicado en la calle San Clemente, a unos pasos del Obradoiro, es que te puedes incorporar sobre la marcha a cualquiera de sus tres ambientes —terraza, bar y comedor— y estar un buen rato a gusto.
La filosofía con la que madre e hijas abrieron este local de trescientos metros encaja a la perfección con las reuniones de grupos, que llevan semanas haciendo reservas porque este mes será intenso y tener un hueco garantizado puede ser complicado a cualquier hora. Ya cuentan con varios grupos pequeños y no les asusta acoger hasta 150 personas que saben que en La Morena tienen todos los boletos premiados para pasar un buen rato entre platos salados y dulces, tostas, tablas de embutidos, cócteles y las copas de toda la vida. Esa será la tónica para todo el mes, pero habrá dos fechas especiales. Tanto el 24 como el 31 son, más allá de las cenas en el entorno familiar o de amistades, las fechas más propicias para que los santiagueses se reencuentren, así que este café arranca la fiesta ambos días al mediodía y la estira hasta las nueve de la noche. Habrá DJ, comida y bebida, y si el tiempo acompaña el epicentro estará en la terraza.
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Para todos los gustos
Desde que la pandemia lo puso de moda, el tardeo es una tendencia que no ha parado de crecer y no son pocos los bares de Ourense en los que la fiesta empieza justo después de comer. En algunos, como O Moucho o el Dis Tú la celebración comienza ya a la hora del vermú. El Miudiño o El Lío, en la plaza Santa Eufemia, o cualquiera de los negocios de la praza Maior son algunos ejemplos donde el tardeo es tendencia. En esta ocasión destacamos un local que se encuentra entre esos otros. O Tragaluz es la opción favorita para muchos. Lo cogió el hostelero Faisal Tijani hace una década. «Empecé trabajando allí como relaciones públicas», cuenta. Hay muchos motivos que consiguen que este bar triunfe, especialmente en Navidad, en la temporada de reencuentros y celebraciones por excelencia. El bar abre todos los días, está en pleno centro de la ciudad y además cuenta con varios ambientes. En la parte de dentro la música, con todas las canciones que lo petan en la radio, suena desde media tarde, permitiendo que los más bailongos puedan entregarse a la causa. También hay una zona con sofás y otra con mesas altas, para disfrutar de la conversación y la compañía.
Fuera, O Tragaluz tiene una gran terraza, con sombrillas, por si llueve, y calefactores, por si refresca, facilitando que los fumadores —o directamente los que prefieren estar al aire libre— se diviertan durante el tardeo. «Llevo 25 años trabajando en hostelería en Ourense y creo que la gente busca estar a gusto y tranquila. Aquí nunca hay conflictos ni problemas, tratamos de generar siempre ambiente de fiesta y alegría», asegura Faisal. En su bar sirven desde chocolate caliente a copas de marcas premium y cócteles elaborados, porque los clientes tienen gustos muy variados. También son de edades diferentes. «Viene gente que tiene desde 20 a 50 años. Incluso hemos tenido pandillas de 70, pero es que está claro, aquí se viene a disfrutar», termina.