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Cien años de la central del Tambre, la catedral de la luz de Antonio Palacios

Ana Lorenzo Fernández
Ana Lorenzo RIBEIRA / LA VOZ

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La central hidroeléctrica continúa funcionando cien años después de su construcción
La central hidroeléctrica continúa funcionando cien años después de su construcción MARCOS CREO

Varias edificaciones anexas fueron durante dos décadas un alojamiento con encanto, y ahora Naturgy baraja nuevas opciones para volver a reabrirlas

16 ene 2025 . Actualizado a las 16:10 h.

Fue el arquitecto de Madrid por excelencia, el que diseñó edificios modernistas tan emblemáticos como el palacio de Cibeles —sede del Ayuntamiento—, el Círculo de Bellas Artes, el Instituto Cervantes, el Casino o las entradas del metro de Gran Vía o Chamberí. Pero Antonio Palacios (O Porriño, 1874-Aravaca, 1945) nunca se olvidó de su Galicia natal y aquí quiso dejar su huella con grandes obras que fueron un referente para la época. El mejor ejemplo está en la central hidroeléctrica del Tambre, un edificio que parece una pequeña catedral situada en un enclave privilegiado en medio de la naturaleza y que en sus orígenes albergó la abadía de Santo Martiño de Conresa. No en vano, el diseño ideado por Palacios es una de las cinco construcciones de Galicia —dos de ellas en la provincia de A Coruña— catalogada como patrimonio histórico industrial protegido por el Ministerio de Cultura.

Aunque la obra se inició en 1924, no sería hasta el año siguiente, hace un siglo, cuando las turbinas y demás maquinaria comenzarían a funcionar, pero tanto la construcción como su puesta en marcha generó una gran actividad que obligó a levantar a su alrededor una pequeña aldea donde vivían los trabajadores y sus familias. Con el paso del tiempo y la llegada de las nuevas tecnologías, poco a poco este poblado se fue quedando vacío, y aunque actualmente la central continúa en funcionamiento, es gestionada en remoto desde el centro que Naturgy tiene en Ourense para controlar todas las hidroeléctricas de España.

 

La central se encuentra ubicada en medio de la naturaleza a unos 14 kilómetros de Noia
La central se encuentra ubicada en medio de la naturaleza a unos 14 kilómetros de Noia

Poder dormir en medio de la naturaleza y al lado de este imponente edificio de Antonio Palacios se convirtió en un privilegio que durante cerca de dos décadas [con un pequeño parón por el medio] pudieron disfrutar los clientes que se hospedaron en la Pesquería del Tambre, un alojamiento con encanto con un total de 16 habitaciones y un restaurante habilitados en la antigua escuela y varias edificaciones anexas a la central hidroeléctrica.

Sin embargo, el contrato de arrendamiento que el grupo hotelero tenía con la compañía Naturgy —propietaria de las instalaciones— finalizó hace un par de años. Ahora mismo la empresa eléctrica tiene sobre la mesa varias alternativas para dar una nueva vida a este singular espacio por el que muchos han mostrado interés. Mientras se decide su futuro, lo que ya tiene actividad —sobre todo en los meses estivales— es el Centro de Interpretación da Lamprea que se habilitó en una de las construcciones anexas y que Naturgy cedió para su gestión al Concello noiés.

El alcalde, Santiago Freire, reconoció que estaban esperando a finalizar el proceso de estabilización del personal para incorporar una nueva plaza de técnico administrativo para atender estas instalaciones junto con otras de titularidad municipal. «Polo momento, o centro abre para visitas guiadas puntuais e con cita previa», destacó el mandatario.

Los trabajos de construcción se prolongaron durante meses por las dificultades para llevar la piedra hasta donde se levantó la central
Los trabajos de construcción se prolongaron durante meses por las dificultades para llevar la piedra hasta donde se levantó la central

Una exposición servirá para dar a conocer este singular proyecto

Con motivo del centenario de la central del Tambre, la arqueóloga municipal Ana Filgueiras lleva tiempo investigando y recabando información para hacer una exposición y un ciclo de conferencias con los que se pretende dar a conocer esta singular obra de Palacios, que para ella es una «auténtica xenialidade».

Destaca sobre todo ese interés del famoso arquitecto por levantar «un monumento recordatorio, unha homenaxe a esa parte espiritual que tiña a zona no pasado. Palacios tivo a delicadeza e lucidez de deseñar un edificio industrial para aproveitamento eléctrico pero que evoca unha abadía, un priorato». Bautizada por muchos como la catedral de la luz, la central del Tambre se encuentra en un sitio recóndito y que da cuenta de las dificultades que hace cien años tuvieron que sortear para llevar hasta allí toda la piedra con la que se levantó.

El fotógrafo Elías Díez fue el encargado de documentar todo el proceso, y muchas de sus imágenes formarán parte de esta exposición conmemorativa que para Ana Filgueiras servirá de homenaje para dar a conocer «unha das obras de Palacios que é das menos coñecidas e incluso das menos traballadas, a pesar da súa importancia porque amosa que sempre estivo moi apegado ao legado cultural de Galicia».