Factoría do Lume, el templo del picante en Galicia: «Hacemos salsas para los que quieren sufrir un poco»
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Factoría do Lume es pionera en Galicia en el mundo del picante con productos que se venden al público y a hostelería, concretamente salsas intensas y artesanas
16 oct 2025 . Actualizado a las 17:45 h.La obsesión por el picante ha llegado a Galicia y su mayor exponente es Factoría do Lume. Se trata de una empresa pionera en el sector que nació en plena pandemia de la mano de los socios cooperativistas y fundadores, Alba Breijo y Joaquín Pérez, quienes tuvieron la idea de crear el imperio gallego del picante del que presumen ser ahora gracias a su amplia experiencia en hostelería trabajando con chefs de India, Sri Lanka, China, Japón o Sudamérica.
Tras varios años ganándose la vida por el mundo, decidieron volver a Galicia y lo que tenían claro es que no querían montar un restaurante, pero sí generar algo con lo que potenciar la cultura del picante. A pesar del frenazo que supuso el coronavirus en sus planes, aprovecharon el confinamiento para convertir su propia casa en un laboratorio en el que experimentaron con diferentes ingredientes hasta conseguir las cinco referencias de salsas que de momento tienen en el mercado.
«La dificultad es tener la creatividad y sostener la salsa en el tiempo, porque una salsa fresca puede durar pocos días, pero lo difícil es que se mantenga un año o dos», detallan. Precisamente, las salsas de Factoría do Lume están elaboradas a mano a base de ingredientes naturales sin conservantes artificiales. «Hay mucho trabajo de investigación detrás, es pura química», aseguran.
La misma que muestran ellos en su trabajo diario codo con codo, que ha dado como resultado sus productos actuales y ediciones limitadas de salsas que comercializan periódicamente hasta que se agotan existencias, la última, por ejemplo, de habaneros de Vilagarcía de Arousa y arándanos de Lalín, que se agotó en tres semanas. Ahora están haciendo diferentes fermentaciones de chiles y prueban ingredientes como manzana de San Sadurniño, fresas o fermentaciones con ajos negros.
«Buscamos que cada una de las salsas se diferencie de las demás, el picante va de menos a más y se maridan de manera distinta», aclaran. Sus productos están creados siguiendo la conocida escala Scoville, que mide el picante y fue diseñada por el farmacéutico estadounidense Wilbur Scoville. Desde Factoría do Lume argumentan que crean las salsas de manera experiencial para que sean probadas por niveles: desde Botafume y Lume hasta Arredemo y Morte, como summum del picante.
Un quinto producto es un aceite de oliva virgen extra con pimiento Carolina reaper, ajo y hierbas. La salsa más picante y curiosamente la más vendida es la Morte, que contiene Carolina reaper, pimiento fantasma, vinagre y sal, destinada a personas que «quieran sufrir un poco», explican ambos socios con humor, subrayando que el público objetivo evidentemente es gente que ame el picante. Resaltan a su vez que sus picantes tienen sabor, ya que la intención es potenciar el sabor de las comidas y de hecho muchos de sus clientes utilizan sus salsas a diario en sus platos, desde lentejas, guiso y caldo gallego a hamburguesa, patatas fritas o aderezo de una pizza.
«Estamos acostumbrados en Galicia al picante del pulpo, del chorizo o de los pimientos de Padrón y a los clientes les gustan nuestras salsas porque pican pero no matan, añadiendo sabor», razonan. Pretenden dar la vuelta a platos gallegos maridándolos con picante y sobre este mercado opinan que es emergente y se sorprenden de que ahora hasta haya anuncios de tabasco en prime time.
«Eliminamos el cliché de que el picante hace daño al estómago, sino que tiene propiedades cardiovasculares o liberación de endorfinas», recalcan. Recientemente, trasladaron su sede a A Coruña y sus planes son expandirse más (están en tiendas de Galicia, Madrid o Barcelona y en Alemania o Francia, junto con venta online), ya que su ambición y el trabajo bien hecho no tiene techo.