Patrocinado por

Felipe VI: «La luz del campo de estrellas compostelano ha vuelto a servirnos de guía»

La Voz SANTIAGO

ACTUALIDAD

El rey destaca el papel del Camino y del espíritu jacobeo y subraya la labor de los que han trabajado para superar la crisis sanitaria

25 jul 2021 . Actualizado a las 18:52 h.

Con unos minutos de retraso llegaron a la praza do Obradoiro los reyes, Felipe VI y Letizia, acompañados por sus hijas, la princesa Leonor y la infanta Sofía. Los esperaban junto al Hostal dos Reis Católicos el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijoo, y las vicepresidenta primera y segunda del Gobierno, Nadia Calviño y Yolanda Díaz. El tiempo, nublado pero estable en Compostela, ha permitido a la Patrulla Águila atravesar los cielos de la ciudad dejando una estela con la bandera de España.

Las medidas de seguridad, la parada militar y la prudencia sanitaria solo han permitido la presencia de un par de cientos de personas, que se han concentrado en dos de los accesos al Obradoiro, por Fonseca y la Costa do Cristo. Durante el acto se pudieron escuchar vivas al rey.

Tras los saludos a la comitiva civil, todas las autoridades entran en la Catedral para asistir a la Ofrenda del Apóstol. El alcalde de Santiago, Xosé Sánchez Bugallo, acompañaba a la Familia Real hasta las puertas del templo, que después de una década luce sin andamios. En el interior, después de pasar por debajo del recuperado Pórtico de la Gloria, les esperaba el arzobispo de Santiago, Julián Barrio, que será el encargado de responder al oferente.

En su intervención, Felipe VI recurrió al Camino de Santiago para desvelar sus valores, tradicionales y vigentes, por su capacidad de ampliar las comunidades y crear las convivencias «más fructíferas», además de derribar fronteras. «Siempre existen motivos de gratitud al patrón de España. En esta ocasión, cuando de manera paulatina y prudente nos esforzamos por retomar el recorrido que la pandemia interrumpió, queremos infundir esperanza entre los que sienten desaliento. La crisis sanitaria es una de las experiencias más duras que guarda la memoria. En poco tiempo nos vimos inversos en una situación desconocida que ha cambiado hábitos, costumbres y rutinas y ha llevado a muchas personas temores preocupaciones y en muchas ocasiones profundo dolor por quienes nos dejaron. En momentos como este son imprescindibles faros que alumbren y que marquen la dirección en la oscuridad», dijo el oferente. En este punto recordó el rey a los sanitarios, que «con gran sentido cívico» lucharon por sus semejantes. Y volvió a referirse a la influencia de la cultura jacobea en unos tiempos complicados: «La luz del campo de estrellas compostelano ha vuelto a servirnos de guía. La misma cultura xacobea que inspira la unidad de España, su cohesión y su progreso, irradia un mensaje que debe ser atendido. Los pueblos se construyen sobre su personalidad. Con sentimiento de fraternidad. El momento actual nos exige entender la complejidad de nuestro tiempo».

En gallego, afirmó que la Catedral «maxestuosa representa un ideal compartido. A España que compartimos hoxe é unha obra colectiva. Somos unha nación vencellada polo pasado, presente e futuro, que vive e se expresa en linguas e culturas tan ricas como a galega». E hizo una defensa de la Corona, que «simboliza su carácter de puente entre pasado, presente y futuro. Hoy nos acompañan la princesa y la infanta que participan por primera vez en esta tradición, que es expresión de modernidad porque sus valores no se agotan».

 Para finalizar, el rey reiteró «el orgullo y el respeto por nuestro pueblo por su determinación para superar esta situación, por su voluntad para construir el futuro que merecen nuestros ciudadanos». La Corona, dijo, seguirá promocionando los valores jacobeos: «En un nuevo año santo pedimos ayuda al santo patrón para cultivar esos principios, y cimentar los caminos de solidaridad y concordia que aseguran la convivencia en democracia y libertad».

 Recuperar las raíces

El arzobispo de Santiago inició su homilía agradeciendo a la Familia Real su presencia en la Ofrenda «en este año santo, tiempo de gracia, de sanación y de encuentro». En su respuesta, Julián Barrio reflexionó sobre la sociedad actual, asegurando que «el sentimiento de lo desconocido está generando incertidumbre ante el futuro y afectando a certezas que parecían consolidadas. Es necesario volver a las raíces», proclamó, para insistir que en la civilización occidental tiene el «alma mermada». El arzobispo también alertó del «individualismo y el egoísmo, que inspiran actitudes insolidarias y escépticas. «Solo el espíritu de renuncia gratuita a todo lo propio nos hermana, porque no nace del heroísmo del fuerte y del que da pero no recibe, sino de la acogida del otro y de la experiencia de la propia debilidad». Barrio recordó que la misión de la Iglesia es «levar aos homes a Deus», pero no por ello debe desentenderse de las «tarefas humanas», y por ello pidió por las personas que murieron en el accidente ferroviario de hace ocho años o que fueron víctimas de la pandemia, agradeciendo la «entrega» del personal sanitario.

Los nuevos protocolos de la Catedral impidieron a la princesa Leonor y la infanta Sofía abrazar la figura del apóstol que preside el altar mayor, pero sí disfrutaron del vuelo del botafumeiro. A la salida, la Familia Real volvió a cruzar la praza do Obradoiro para subir a las dependencias municipales del pazo de Raxoi, donde Felipe VI firmó en el Libro de Ouro del Concello de Santiago.