Una tortilla de 720 huevos en Celeiro y un tractor para lograr voltearla
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La Romería de San Caetano en Barreiros tuvo el exquisito plato como estrella de su popular fiesta
21 ago 2022 . Actualizado a las 11:55 h.Hace una semana contábamos en A Mariña cómo en dos fiestas gastronómicas, el mismo día y a la misma hora, el huevo frito se convertía en el rey dominical por excelencia. En aquellas citas, una en Barreiros y otra en Cervo, la asistencia fue multitudinaria para degustar raciones y raciones elaboradas, entre ambas, con alrededor de 14.000 huevos. El producto de la gallina regresó de nuevo al mapa festivo mariñano con la Festa da Tortilla que se celebró ayer en Celeiro de Mariñaos (Barreiros), en el marco de la Romería de San Caetano, bajo la organización de la Irmandade San Caetano. En su caso, la estrella era un plato de clara identidad nacional gastronómica que se mostró en diferentes versiones. Primero, una en formato XXL, grande grande, para el que se utilizaron 720 huevos, 125 kilos de patatas y cinco de cada una de estas materias primas que aportaron, como dice Samantha Vallejo-Nágera a cada minuto en Masterchef, mucho saboooor... como la cebolla, pimiento rojo y verde y chorizo. La elaboración de la gigantesca tortilla fue obra del vecino Ramón López que este año, al faltar su predecesor, tuvo que «ascender» a chef después de haber sido ayudante hasta ahora. Contó con cuatro manos más para elaborarla y un tractor, el de David Torres, para voltearla. El vehículo agrario fue muy socorrido, más allá de la delicada operación de darle la vuelta a la tortilla, pues también sirvió para darle un empujón a la furgoneta de la Charanga Louband cuando patinaba en el campo da festa.
Más tortillas lo «inundaron», como las ocho presentadas para el concurso matinal y las seis que se iban a realizar en vivo y en directo en pareja (para las más cocinillas) en el concurso posterior Máster Tortilla. La degustación en Celeiro de Mariñaos fue un triunfo. Prueba de ello, señalaron desde Irmandade de San Caetano, fue que «houbo xente de fóra que chegou algo despistada e quedou sen racións». Se repartieron unas 250 e incluso más de uno hizo defensa de la llamada «cocina de aprovechamiento» y las pocas migajas que quedaban de la tortilla extragrande en la imponente sartén desaparecieron en un abrir y cerrar de ojos. Es un mantra de la ecología que no se tira nada y menos si está tan bueno y es comestible.
Después de un mediodía saciante, la sobremesa fue ya más light pero con su actividad gracias a los juegos tradicionales y el entretenimiento a los romeros de Celeiro de Mariñaos por parte del malabarista internacional Guillermo Solo. Más tarde llegaría la hora de la verbena con José Anido y el baile del farolillo, seguramente archidesconocido por las generaciones más jóvenes. Si ya las calorías había subido con las tortillas, la Romería de San Caetano tenía otro dulce para rematar: una gran chocolatada.