Madres que perdieron a sus hijos recorren el Camino para luchar contra el cáncer infantil
COSAS DEL CAMINO
Procedentes de distintos puntos de España, se unieron para visibilizar una enfermedad que consideran que necesita investigación
05 oct 2022 . Actualizado a las 21:19 h.De Sarria a Santiago de Compostela, ese es el trayecto del Camino que este lunes arrancaron una veintena de madres unidas por un único motivo: honrar la memoria de sus hijos y visibilizar a las víctimas del cáncer infantil. Llegadas de todos los puntos del país, es Daniela Martínez quien explica que tomaron la decisión para concienciar «a la sociedad que los tratamientos siguen siendo poco efectivos, y además agresivos para los niños. Es necesario que el sector público y privado se unan para que entre 250 y 300 críos no mueran cada año en España por esta enfermedad».
Después de realizar la primera etapa entre Sarria y Portomarín, ayer tomaron el camino hacia Palas de Reis, donde llegaron a primera hora de la tarde. «Somos unas 20 madres, pero el grupo lo formamos medio centenar. Hacer el Camino fue algo fortuito, una lo propuso y lo hicimos para conocernos y vernos cara a cara. Inicialmente este grupo se formó para superar el duelo, pero ahora queremos reivindicar esta causa y sacarla a la luz, porque está oculta».
Llegadas de Bilbao, Madrid, Almería, Málaga y Cataluña, el objetivo es el de llegar este viernes a la capital gallega. «Nuestros hijos no lograron sobrevivir, pero tenemos mucho que hacer. La investigación en cáncer infantil es poca o nula. No sabemos ni cuánto dinero público se destina a ello y, si existe una cifra, no debe ser significativa porque sino ya la conoceríamos», afirmó la propia Daniel Martínez.
En esa idea coincide con otra de las participantes, Susana Márquez, quien destaca que «hoy día hay niños que reciben los mismos tratamientos que se daban hace 30 o 40 años, con efectos secundarios demoledores».
Redes sociales
Explica Daniela Martínez que este grupo de madres, y ahora amigas, se unió a través de las redes sociales, donde buscaron apoyo durante la lucha de sus hijos e hijas contra la enfermedad. «Los hemos perdido porque no había un tratamiento efectivo para curar su patología o porque los que hay disponibles son tan antiguos y agresivos que los han llevado a la muerte», afirma Paloma Bel.
Lo más de 110 kilómetros que separan Sarria de Santiago son un pequeño precio a pagar por honrar sus memorias y luchar para que otros sí puedan salvarse.