En el Museo das Peregrinacións de Santiago se expondrán 56 obras de pintor lalinense, muchas propiedad del Xacobeo y olvidadas durante años
03 dic 2022 . Actualizado a las 02:02 h.La perseverancia de su viuda y la labor casi detectivesca durante meses permitirá contemplar de nuevo una colección casi inédita del pintor Alfonso Sucasas (Goiás-Lalín 1940 - Ferreirós-Vila de Cruces 2012) en torno al Camino de Santiago, a la religiosidad y la mitología. A pocas semanas de concluir el Año Santo 2022-2023 el día 2 de diciembre se inaugurará en el Museo das Peregrinacións en Santiago una exposición con obras de uno de los genios gallegos de la figuración, en su mayoría propiedad del Xacobeo. Permanecían olvidadas en un almacén en Arzúa desde hace años, para revivir ahora en todo su esplendor cuatro décadas después de gestarse.
María Espinosa conocía la existencia de esas pinturas, algunas de gran tamaño e incluso tres trípticos, así como bocetos preparatorios. Sus indagaciones confirmaron que el organismo público dependiente de la Axencia Turismo de Galicia almacenaba ese legado tan valioso en una nave. Decidió ponerse en contacto con el conselleiro de Cultura, Román Rodríguez, «porque nadie parecía saber de su existencia y merecía el protagonismo que tiene en este Año Santo». Un período largo de tiempo sin la mejor conservación que incluso obligó a cambiar los paspartú de los trabajos preparatorios para obras tan impresionantes como Santiago peregrino, que ilustra la cartelería e invitaciones para asistir el próximo viernes a la inauguración de una muestra bautizada Sucasas, Camiño e Mitoloxía.
Las obras se expusieron por primera vez coincidiendo con el estreno del plan institucional para promocionar el año jubilar, el Xacobeo 93, con el mítico Pelegrín como mascota. Las pinturas y dibujos de Alfonso Sucasas se exhibieron en la Casa da Parra de Santiago. Entonces se planteó que decorasen estancias, las originales o reproducciones, de albergues del Camino entre O Cebreiro y la capital compostelana.
Después se perdió su pista hasta que vuelven a exhibirse en el 2000, en una muestra organizada en la Casa da Torre de Redondela. Y de nuevo se apaga la luz casi celestial que transmiten los lienzos del artista dezano. Hasta estas postrimerías del 2022, cuatro décadas después de que Sucasas plasmará su siempre preclara visión de su entorno cotidiano y universal, de un viajero y emigrante como tantos gallegos que confiaba en que el Camino de Santiago regresase a sus orígenes, como motor de unión entre las culturas de Europa. Sería interesante conocer su interpretación de la actual proliferación de rutas jacobeas y del bum turístico que generan.
En esta ocasión se podrán contemplar 56 obras, con 34 óleos y tres trípticos de gran formato, junto a casi una veintena de bocetos. Alfonso Sucasas se convertía a principios de los años 90 en uno de los primeros artistas en poner en valor el Camino desde su particular interpretación de sus símbolos y de los personajes más representativos de la religión cristiana. Figuración con un exquisito mimo del color entre la que destaca no solo el Santiago peregrino, su rostro transmitiendo paz y sosiego, sino también el tríptico sobre Adán y Eva, con su expulsión del paraíso, creada por el complejo de la Xunta en el Monte do Gozo.
Emplazamiento muy especial
Su viuda se congratula de haber conseguido recuperar para todos esta colección al menos durante el tiempo que permanezca expuesta en Santiago. Además con el valor simbólico añadido de que la acoja el edificio donde nació su padre, en esas casualidades románticas del destino. Uno de esos círculos donde dos personas, Alfonso Sucasas y María Espinosa, parecen predestinadas a estar juntas. Por siempre.
Lienzos que dialogan con las figuras de los pórticos románicos o la imaginería barroca
La exposición, comisariada por Pilar Corredoira, permitirá desvelar una serie de obras a las que Sucasas tenía mucho cariño, como remarca su viuda, que incluso reclama su presencia permanente en el propio Museo das Peregrinacións. Lienzos gestados cuando el Xacobeo como tal estaba en pañales y pocos podían imaginar que se convertiría en uno de los motores turísticos y económicos más pujantes en Galicia.
Ese interés por el Camino hace cuarenta años del lalinense no sorprendía dentro de su particular mundo creativo. Como destacaba Ramiro Fonte en el catálogo de la primera exposición, atesoraba «una profunda remitoloxización na súa pintura» y aludía a sus indagaciones sobre «iconografías relixiosas». «Este Alfonso Sucasas xacobeo non fai outra cousa que reler, á luz dalgún dos símbolos propios do Camiño, os significados da súa pintura», resaltaba el crítico y escritor.
Para Ramiro Fonte, en esas obras que ahora vuelven a acercarse al gran público, «non é na temática e si nos procedementos pictóricos onde Sucasas nos propón unha relectura dos contidos da nosa arte tradicional; búscase nestes cadros un diálogo coas figuras dos pórticos románicos ou cos imaxineiros barrocos... decidiu tamén prestar forma plástica ás humanas representacións do divino». Y animaba a que esas obras se diseminaran por capillas a lo largo del Camino en toda Europa. La realidad fue bien distinta. Pero permiten constatar que el pintor fue ya visionario del poder cultural de esta ruta.