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El valle del Landro a vista de pájaro

Lucía Rey
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QUÉ VER

Vista de la ría de Viveiro y la desembocadura del río Landro desde el mirador del monte Castelo, en Landrove.
Vista de la ría de Viveiro y la desembocadura del río Landro desde el mirador del monte Castelo, en Landrove. XAIME FERNÁNDEZ RAMALLAL

El mirador de la cima del monte Castelo ofrece algunas de las mejores vistas sobre la ría de Viveiro, en un lugar donde antiguos ritos paganos se mezclan con la religiosidad popular junto a la capilla de San Martiño

28 nov 2023 . Actualizado a las 18:01 h.

Sentirse como un pájaro sobrevolando el valle y la desembocadura del río Landro se convierte casi en realidad en la cima del monte Castelo, donde se sitúa uno de los espléndidos miradores naturales que enmarcan y delimitan la ría de Viveiro, una de las más bellas del norte de Galicia. Ubicado a unos 500 metros de altitud, el paraje roza lo mítico, ya que en él se entremezclan antiguos ritos paganos con otros propios de la religiosidad popular. No en vano, la capilla en honor a San Martiño de Dumio, que está considerado el «apóstol de los suevos» y donde anualmente se celebra una romería, según detalla el sacerdote viveirense José Román Escourido Basanta, está adosada a grandes peñas graníticas en las que queda estancada agua de lluvia que desde tiempos inmemoriales tiene fama de curar las dolencias de oídos, ojos y cabeza.

El santuario de San Martiño y el mirador se sitúan en el lugar donde el valle del Landro es más visible, y a él se accede a través de una serpenteante pista forestal de unos dos kilómetros de longitud que hay que tomar junto a la carretera LU-540, en el límite de Viveiro con el municipio de Ourol y que está bien señalizada. Aunque el vial que discurre hasta el alto del monte Castelo está deteriorado en numerosos puntos, con prudencia y paciencia prácticamente cualquier conductor puede llegar a coronar una elevación de cuya protección se encarga principalmente la comunidad de montes, y que dispone de varios merenderos.

Una vez arriba, imaginando que la cima es el vértice inferior de una pirámide invertida, se pueden observar y disfrutar en total calma cantidad de detalles que recargan las pilas y llenan de paz tanto el cuerpo como la mente. Un ejemplo es el humo que lentamente sale de las chimeneas de las cocinas de leña con las que vecinos de parroquias como Galdo, Vieiro, Landrove o Chavín, entre otras, calientan sus casas en estos días fríos previos al invierno. Otro es de los botes (lanchas) de aficionados a la pesca que «andan ós calamares» en el entorno de la isla Gabeira, frente a la playa de Abrela, y el Cargadoiro da Insua, donde hasta bien entrado el siglo XX se cargaba el mineral de hierro que se extraía de la mina de A Silvarosa.

La capilla de San Martiño Castelo está situada a unos 500 metros de altura, adosada a los grandes peñascos que coronan la cima del monte
La capilla de San Martiño Castelo está situada a unos 500 metros de altura, adosada a los grandes peñascos que coronan la cima del monte XAIME RAMALLAL

Y cómo no, el casco histórico de Viveiro, con el puente de A Misericordia como eje comunicador entre las dos orillas de una ría que en el plano industrial alberga uno de los puertos pesqueros más importantes del Cantábrico, el de Celeiro. Pero también algunas de las playas más bellas y con más historia de este mar, como la de Area o la de Covas, escenarios de naufragios como los de la fragata Magdalena y el bergantín Palomo.

Como si de un enorme cuadro natural se tratase, cada visitante puede elegir el punto en el que desea centrar la vista, puesto que desde el monte Castelo la vista alcanza incluso el cabo de Estaca de Bares, el punto más al norte de la Península Ibérica, o la isla Coelleira, frente a la playa vicedense de Area Grande, y donde hubo un monasterio. En definitiva, un lugar para dejarse llevar por la imaginación y soñar.