Un estudio de la USC concluye que la ruta tiene capacidad suficiente para acoger incluso a más peregrinos
16 ago 2021 . Actualizado a las 19:45 h.Las imágenes de aglomeraciones de peregrinos vuelven a repetirse este verano en varios puntos del Camino de Santiago, coincidiendo con el Año Santo. Si la posible saturación ya era un tema recurrente cada verano, la pandemia multiplica la preocupación. Pero, ¿está realmente saturada la ruta xacobea? ¿Podría llegar a estarlo? Roberto Bande, investigador de Análise Económica de la USC, ha desarrollado una metodología para calcular la capacidad de carga turística y contestar a estas preguntas. Los resultados del estudio son claros: ni hay saturación, ni se la espera.
«O concepto de capacidade de carga nos sirve para saber aproximadamente cantos peregrinos poderíamos meter no Camiño de Santiago evitando unha sensación de aglomeración ou agobio», explica Bande. Advierte que «non é unha verdade absoluta», pero sí es de utilidad a la hora de gestionar los recursos turísticos.
El grupo de trabajo de la USC ya había desarrollado este estudio hace tres años. Calcularon la capacidad de carga turística del Camino Francés —el más concurrido— por meses y etapas. Tuvieron en cuenta la longitud de cada tramo, el número de peregrinos por grupo, la distancia entre ellos y la velocidad con la que caminaban. A ello le añadieron las variables que podían limitarlos: lluvia, temperatura, horas de luz solar...
Roberto Bande resume el resultado: «Non existe tal saturación. Pode existir algún pico nun momento determinado porque os peregrinos tenden a facer as mesmas cousas no mesmo momento do tempo: saen á mesma hora dos mesmos sitios. Hai unha sensación de saturación porque estanse movendo todos xuntos».
Por poner un ejemplo, el análisis concluyó que en agosto, cuando más gente realiza la ruta, la etapa Arzúa-Palas, la que menor capacidad tiene, podía llegar a acoger a 80.000 personas. Los datos de la Oficina del Peregrino del 2019 (sin pandemia) señalan que ese mes hicieron el Camino Francés 33.000 personas. Muy por debajo del límite.
Pero, ¿qué pasa en el Camino en el contexto actual de crisis sanitaria? El grupo de trabajo de la USC realizó este año una segunda parte de la investigación. Su objetivo era saber cómo afectaban la pandemia y las restricciones a la capacidad de carga del Camino Francés. «Tivemos en conta cal sería o posible comportamento dos peregrinos de cara ao distanciamento social», explica Roberto Bande.
«En primeiro lugar, supuxemos que cumpren as normas e manteñen dous metros de distancia entre eles e que incrementan a distancia entre os grupos», explica. El estudio concluyó que la capacidad del Camino varía bastante en función de la distancia entre grupos: entre un 18?%, en caso de mantener 25 metros, y un 54?%, si fueran 50 metros. En cualquier caso, la conclusión fue la misma: «A utilización do Camiño está moi por debaixo da capacidade de carga real».
Si se utiliza el ejemplo anterior en el escenario más restrictivo y con los últimos datos de junio, la etapa Palas-Arzúa podría acoger 42.000 peregrinos. Ese mes llegaron a Santiago por la ruta francesa 8.000 personas. «Temos unha caída da demanda do Camiño moi importante», dice el investigador. Y es que la pandemia no ha afectado solo en el distanciamiento social. También ha frenado a muchas personas a la hora de echarse a andar tras las flechas amarillas. Un comportamiento que hará que el número de peregrinos se incremente a la vez que se reducen la incidencia del virus y las restricciones. «Non vai a haber problema en acoller máis peregrinos no futuro», concluye.
¿Y qué se puede hacer para evitar los picos de saturación que dan lugar a esas imágenes de aglomeraciones? El grupo de trabajo de la USC hizo un par de recomendaciones en su primer informe: flexibilizar las horas de entrada y salida de los albergues y fomentar el Camino por la tarde. «Se os peregrinos están máis distribuidos ao longo do día e da etapa minimizamos a sensación de saturación e a posibilidade de contacto físico», explica Bande, que hace un llamamiento a la calma: «Pódese manter a distancia e camiñar sen sensación de saturación. Facer o Camiño é unha actividade segura».