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Diego Núñez, el lucense de 31 años al frente de tres negocios en O Cebreiro que triunfan entre los peregrinos

Uxía Carrera Fernández
UXÍA CARRERA LUGO / LA VOZ

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David Núñez, responsable de Mesón Antón y Rent a Bike O Cebreiro
David Núñez, responsable de Mesón Antón y Rent a Bike O Cebreiro

El emprendedor empezó con el hotel familiar, siguió con el alquiler de bicicletas y acaba de comprar una licencia de taxi

19 feb 2022 . Actualizado a las 19:32 h.

Alojamiento, transporte y alquiler de bicicletas. Todo desde O Cebreiro. El lucense de 31 años Diego Núñez está al frente de tres líneas de negocio en el Camino de Santiago que no dejan de crecer. Durante nueve meses trabaja todos los días para dar servicio a los peregrinos en el Mesón de Antón, Rent a Bike O Cebreiro y, desde el año pasado, su taxi. «Todavía tengo más proyectos», asegura el emprendedor.

Núñez nació y creció los primeros años de su vida en la palloza contigua al negocio familiar, el Mesón de Antón. En este restaurante, que también cuenta con cuatro habitaciones, trabajó su padre. La familia Núñez vivió el antes y el después de O Cebreiro tras el Xacobeo de 1993. «Al principio a mí no me gustaba lo de trabajar el Camino porque veía que le absorbía muchísimo a mi padre. Los primeros años fueron muy fuertes, se acostaba a la una de la madrugada y a las cinco de la mañana ya tenía a peregrinos golpeando en la puerta», cuenta el lucense de 31 años. Sin embargo, cuando su padre se jubiló hace seis años, pasó a ocuparse del hotel y el restaurante y consiguió abrir dos nuevas líneas de negocio. «Ahora me encanta el Camino», asegura. 

«O Cebreiro es el fin de una etapa de subida muy dura y el inicio de una de bajada, por lo que es punto estratégico»

El joven emprendedor decidió alquilar el restaurante y hacerse cargo solamente del hotel. Estando en O Cebreiro y conviviendo con los peregrinos, observó que llegaban al pico de la montaña lucense exhaustos tras una etapa de subida muy dura, por lo que recurrían a hacer el siguiente tramo en taxi. «Como eso es como hacer trampas, decidí abrir el punto de alquiler de bicicletas Rent a Bike O Cebreiro», explica. Así, los caminantes podrían ir sobre dos ruedas hasta Triacastela fácilmente, ya que es en bajada, y evitar empeorar sus problemas físicos. En un principio, Núñez solo estableció como punto de inicio o Cebreiro y como final de ruta, Triacastela, lo que sería la etapa de 21 kilómetros. «Hacían el recorrido en una hora, lo que andando les llevaría unas cinco o seis». Esto implicó que se les hacía muy corta, así que empezaron a llamar a Diego para decirle que querían continuar en bicicleta. «El objetivo cambió y era que cogieron la bici durante un día y dos etapas», relata el lucense. Estableció colaboraciones con un albergue en Triacastela y otro en Sarria, donde colocó puntos de entrega de bicis, para que los peregrinos pudieran combinar la ruta como quisieran.

Ceder sus recambios

Sin duda, el negocio de Diego fue un éxito por estar colocado en el punto estratégico del itinerario. Actualmente tiene unas 40 bicicletas y recientemente lo complementó con un servicio de reparación de las mismas. «Contraté a un mecánico que ayuda a los peregrinos con averías en las bici porque hasta Sarria no hay ningún servicio de este tipo», explica. La demanda fue tal que, unida a la crisis de suministros, el lucense incluso se vio obligado a ceder algunos de sus recambios para los vehículos ajenos este último año. «No podíamos con todo. Llegó un punto en el que concluimos que era mejor no dar el servicio de reparación a quedarnos sin bicicletas de alquiler, pero la temporada alta terminó y conseguimos salir», relata.

David Núñez con el taxi y la furgoneta que emplea para las bicicletas
David Núñez con el taxi y la furgoneta que emplea para las bicicletas

Por si fuera poco encargarse de tener las bicicletas a punto y que todos los puntos de recogida o entrega estén servidos, Diego Núñez se decidió a comprar el año pasado una licencia de taxi para atender a los peregrinos. «Llevaba muchos años detrás de una porque vi que había una demanda enorme», asegura. Se dedica al transporte tanto de equipajes como de personas y trabajo junto a una «importante agencia del Camino». Los servicios que le demandan es el transporte hasta O Cebreiro para empezar la ruta jacobea o, al contrario, la recogida de peregrinos que no pueden continuar el Camino. «Fui hasta Ponferrada, Santiago, Astorga o incluso Madrid», detalla. En el 2021, una parte importante de estos clientes fueron caminantes que tenían que volver a casa porque «en 165 kilómetros no había donde alojarse». Las restricciones por el coronavirus chocaron con la gran vuelta de caminantes y abarrotaron los negocios de la ruta. «Para la demanda que hay, a mí no me basta con cuatro habitaciones, si tuviera 100 las llenaría, pero O Cebreiro está muy protegido y no se puede construir», relata.

Tres meses de parón, nueve sin descanso

El mecánico del servicio de reparación de bicis, que también trabaja en el hotel, es el único empleado de Diego Núñez. La gestión del alojamiento, de las bicicletas  de alquiler y los viajes en taxi están en sus manos. De semana santa hasta diciembre, trabaja sin descanso: «En el aspecto mental es agotador, son unos meses muy intensos». Directa o indirectamente, todos los usuarios de sus negocios pasa por él, por lo que aprovecha los meses de invierno para desconectar totalmente. El joven emprendedor está cogiendo fuerzas en Lugo para ponerse al frente de nuevo del negocio familiar que consiguió potenciar. Lo mejor es que augura un año 2022 «muy bueno», sobre todo porque volverán los peregrinos internacionales que son «los que más valoran lo que tenemos aquí».