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Guerra al feísmo en el entorno de las iglesias románicas de la Ribeira Sacra

Luis Díaz
LUIS DÍAZ MONFORTE / LA VOZ

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Contadores de la luz a la entrada de una iglesia románica, en una imagen de archivo
Contadores de la luz a la entrada de una iglesia románica, en una imagen de archivo ALBERTO LÓPEZ

Un palco próximo al templo de San Xillao Lobios, en Sober, será derribado dentro de las intervenciones del pacto por el paisaje

09 mar 2022 . Actualizado a las 10:07 h.

La larga lista de iglesias románicas catalogadas como bienes de interés cultural es uno de los grandes activos para el turismo que mejor encaja en la Ribeira Sacra. El exterior de estos templos, sin embargo, no siempre está a la altura de su carácter monumental. El consorcio de turismo, con el apoyo económico de la Xunta, da ahora los primeros pasos para superar esa asignatura pendiente. En los últimos meses se acondicionaron los accesos de la iglesia chantadina de Nogueira de Miño —bautizada como la Capilla Sixtina gallega por los frescos que decoran su interior— y del núcleo de San Lourenzo de Barxacova, en Parada de Sil. La próxima actuación será en el entorno de la iglesia de San Xillao de Lobios, en el municipio de Sober, donde al igual que en Nogueira de Miño fue restaurado un valioso conjunto de pinturas renacentistas.

A las intervenciones en Santa María de Nogueira de Miño y San Lourenzo de Barxacova se destinó una inversión de 100.000 euros, a partes iguales, procedentes de los fondos que destina la Xunta de Galicia al Pacto pola Paisaxe da Ribeira Sacra. Las reformas que se llevarán a cabo en los alrededores de la iglesia de San Xillao de Lobios tienen otros 100.000 euros de presupuesto, que en un 70% corresponden a la financiación autonómica. El Ayuntamiento de Sober aportará los 30.000 euros restantes. «Estanse a facer moitas obras polos concellos e o consorcio. Imos seguir nesa liña para chegar, paulatinamente e de forma coordenada, ao maior número de igrexas», apunta el alcalde de Sober, Luis Fernández Guitián, presidente a su vez del consorcio de turismo de la Ribeira Sacra.

Menos hormigón a la vista

La actuación prevista en Sober dará comienzo en los próximos meses y no afectará únicamente al exterior de la iglesia de San Xillao de Lobios, cuyos orígenes se remontan al siglo XII y que probablemente perteneciese —como otros muchos templos románicos de la Ribeira Sacra— a un antiguo monasterio. Las obras autorizadas por Cultura también mejorarán la estética del entorno de la capilla de la Raíña dos Anxos y del cruceiro próximo a la iglesia, que también están inventariados por Patrimonio. En la entrada al templo el piso será de piedra y los nuevos pavimentados se harán con una solera rugosa de hormigón que imita al empedrado.

También está previsto, por otro lado, la instalación de un nuevo alumbrado más acorde con la presencia del monumento y el derribo de un palco de hormigón en el campo de la fiesta. El alcalde y presidente del consorcio hace un balance positivo de la lucha contra el feísmo pese a las dificultades que surgen en ese tipo de enclaves. «É un tema complexo porque se xuntan propiedades da Igrexa, das comunidades de veciños e tamén de particulares. Nos últimos anos mercáronse un montón de casas reitorais e unhas están arranxadas e outras non», señala. Fernández Guitián considera, en todo caso, que el arreglo de las propiedades privadas se encuentra hoy con todo tipo de facilidades por las diferentes líneas de ayudas a las que pueden acogerse los propietarios.

La necesidad de combatir el feísmo en el entorno de los monumentos salió a relucir en el Foro Territorios Patrimonio, celebrado el pasado mes de diciembre en el balneario de Pantón, dentro de los objetivos prioritarios con vistas a retomar la candidatura a la declaración de bien mundial. La experta en paisajismo Isabel Aguirre abogó en este foro por la implicación de las autoridades eclesiásticas a la adaptación del patrimonio a un turismo cultural. «Tenemos —dijo— iglesias románicas con cementerios ultramoderno al lado o con un entorno asilvestrado».

Cementerio anexo a la iglesia románica de Santo Estevo de Atán, en Pantón
Cementerio anexo a la iglesia románica de Santo Estevo de Atán, en Pantón ALBERTO LOPEZ

El fallido traslado del cementerio de Atán

Para César Carnero, exdelegado de patrimonio histórico, de la Diócesis de Lugo, la colaboración entre administraciones y autoridades eclesiásticas sería lo ideal. Pero entiende que es necesario hacer un trabajo de sensibilización que llegue al clero, a los feligreses y también a los arquitectos. «Hai actuacións sobre elementos patrimoniais moi duras», apunta. Los vecinos, por otra parte, a veces optan por soluciones de más impacto en el entorno de las iglesias «porque non queren embarrar os pés nos meses de inverno».

Carnero incide en que la subcomisión de patrimonio cultural de la comisión mixta entre la Xunta de Galicia y la Iglesia Católica siempre tuvo muy clara la necesidad de poner e valor el entorno de los bienes culturales. Al hilo de esta cuestión, recuerda que hace veinte años, coincidiendo con el inicio de las obras de restauración de la iglesia de Santo Estevo de Atán, se había llegado a un principio de acuerdo para trasladar las sepulturas del cementerio adosado al templo, uno de los monumentos más destacados de la Ribeira Sacra.

Patrimonio consideraba inviable el mantenimiento de las sepulturas por su impacto sobre la estética de la iglesia, situada en la ribera del Miño, en el municipio de Pantón. Los vecinos de la parroquia de Atán se pusieron de acuerdo cobre el terreno en el que se reubicarían las sepulturas, pero el traslado nunca llegó a llevarse a la práctica.