La Asociación Galega de Autocaravanas tiende la mano al Concello de O Grove
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El colectivo defiende un tipo de turismo que contribuye a desestacionalizar
07 jun 2022 . Actualizado a las 05:00 h.El autocaravanismo está en auge y crece de manera vertiginosa con el paso de los meses. Eso se traduce en oportunidades para los distintos destinos con mayor tirón turístico, pero el fenómeno también conlleva problemas para los ayuntamientos, que a veces son difíciles de gestionar. Un claro ejemplo de ello es el del Concello de O Grove, que desde hace semanas ha vuelto a acaparar todas las miradas tras las declaraciones de su regidor, José Cacabelos, poniendo el énfasis en la presencia de un alto número de vehículos-vivienda en la localidad y calificando el asunto de preocupante.
A la Asociación Galega de Autocaravanas (AGA), que hasta el momento no se había pronunciado sobre el tema, le inquieta que esa sea la postura del alcalde, ya que, en opinión de sus miembros, «supón un trato discriminatorio, por exemplo, con respecto aos coches, sometidos ás mesmas normas de tráfico e estacionamento, moito máis numerosos, e cuxa presenza masiva non é criminalizada», subrayan. A pesar de ello, el colectivo se muestra conciliador, y cree que las Administraciones deben apostar por este tipo de turismo, que contribuye a la desestacionalización: «Son visitantes que viaxan todo o ano e xeralmente proceden dos países máis ricos de Europa».
Para la entidad, que representa a casi un millar de autocaravanistas en toda la comunidad y es la mayor en número de socios de toda España, este crecimiento supone una excepcional oportunidad para que Galicia se consolide como un destino de referencia. Así que considera la colaboración entre el sector y las Administraciones como fundamental para atajar la problemas que se presentan en muchos concellos. A este respecto, la AGA ha intentado abrir un diálogo con el alcalde de O Grove. Ya lo hizo el en febrero, y tras la reciente polémica envió un nuevo escrito para solicitar una reunión. Hasta el momento no ha obtenido respuesta, pero aún así la asociación está dispuesta a «traballar da man do Concello do Grove», dicen sus portavoces. Y para ello, apuestan por ayudar a crear áreas públicas de autocaravanas y a la reorganización del tráfico de las mismas, mejorando así su impacto económico. Son, según comentan desde el colectivo, estrategias que han funcionado en zonas turísticas como el Algarve: «Dende que se puxeron en marcha este tipo de medidas, as autocaravanas achegan o 8,5% dos turistas que visitan a zona e o maior pico é nos meses de inverno», relatan, y aseguran que los resultados suelen ser satisfactorios para todos los destinos.
Beatriz Castro, portavoz del PP en O Grove
«Non discriminamos as autocaravanas, só pedimos que se respecten as normas». Los populares han querido salir también al paso de la polémica generada con este asunto, ya que son conscientes de que este fenómeno turístico es imparable. Pero en el PP lo que también preocupa, y mucho, es la falta de civismo que advierte en algunos turistas que viajan en autocaravana. La portavoz de la formación conservadora, Beatriz Castro, se muestra totalmente en contra de la creación de áreas públicas para los vehículos-vivienda: «Xa existen áreas privadas e cámpings que dan eses servizos, me pregunto por que non se usan», afirma.
De hecho la solicitud de licencias para este tipo de negocios se ha multiplicado en la localidad. Castro cree que los autocaravanistas deberían entender que no puede haber total libertad para que hagan lo que quieran. En este aspecto, los conservadores coinciden con la postura del gobierno socialista: «Aínda que xa o advertimos no 2016 para evitar un colapso como o de agora». La portavoz considera que lo más necesario es un control, y eso pasa por redactar una ordenanza que no permita, por ejemplo, pernoctar más de dos o tres días en el mismo lugar.
Castro habla de varios puntos críticos que soportan una elevada cantidad de vehículos de este tipo, como Con Negro o A Lanzada. Lugares «aos que eu tampouco podo acceder co meu coche», apunta, así que lo tiene claro: «Hai que buscar un punto de equilibrio e respectar as normas, que son iguais para todos».