Patrocinado por

Una marea de peregrinos por el día del Apóstol

Rebeca Cordobés PORTOMARÍN / LA VOZ

VEN A GALICIA

Numerosos grupos llegaron a Portomarín el jueves para alcanzar Santiago el Día de Galicia.
Numerosos grupos llegaron a Portomarín el jueves para alcanzar Santiago el Día de Galicia. AINHOA GARCIA

El jueves llegaban a Portomarín para alcanzar Santiago en su día grande

25 jul 2022 . Actualizado a las 16:39 h.

Mientras Galicia vive una de las peores sequías de los últimos años, el Camino de Santiago experimenta una de las mayores inundaciones de su historia. Con la catedral como destino y la celebración del Apóstol, mañana 25 de julio, como objetivo, una marea de peregrinos llegaba el pasado jueves a Portomarín, el primer final de etapa para quienes optan por recorrer los últimos 100 kilómetros del itinerario Francés.

Algunos corrían escaleras arriba, otros las miraban desde abajo entre suspiros. «¡Venga! El último empujón», gritaban. «¿Por dónde vendrá el resto?», preguntaban. Personas mayores, familias con niños, grupos de jóvenes, excursiones, peregrinos solitarios, bicigrinos... «En el Camino estamos todos representados», bromeaban unos cordobeses.

Portomarín se convirtió el pasado jueves en escenario de las llegadas masivas que se prevén registrar mañana en la catedral. Quienes quieren llegar a la capital gallega en su día grande, debían partir de Sarria aquella mañana para completar las cinco etapas que los separaban de la compostela. Es el caso de un grupo de toledanos que se protegía del calor en una terraza. «No conozco Santiago y, ¿qué mejor manera de conocerlo que llegar haciendo el Camino y el día del Apóstol?», contaba una de ellas.

Detrás de la barra, la dueña del bar comentaba que se notaba la cercanía del Día de Galicia. La afluencia de peregrinos no ha dejado de crecer desde Semana Santa, señalaban en otro establecimiento. «El Camino está en alza y vamos a hacer lo posible por que siga así. Es importante para todos los pueblos por los que pasa», decía Miguel, el propietario, a la par que celebraba que tienen las reservas agotadas todo el mes de julio. En un alojamiento cercano, Fátima también colgaba el cartel de «completo». Cree que la fusión del Xacobeo con el primer verano sin restricciones también influye: «Se nota que la gente tiene ganas de salir».

Peregrinos ayer en Santiago, haciendo cola para cruzar la Puerta Santa de la catedral
Peregrinos ayer en Santiago, haciendo cola para cruzar la Puerta Santa de la catedral PACO RODRÍGUEZ

Un grupo de jóvenes madrileñas que esperaban en la cola del albergue público contaban que habían salido a las 5.00 horas de Sarria para intentar coger sitio. La noche anterior les habían advertido de la marea de personas que saldrían aquella mañana de la localidad lucense. También quieren llegar a Santiago en su día grande. «Es Xacobeo, acabamos en las fiestas... Nos pareció un planazo para hacer entre amigas. Una experiencia diferente, más allá de ir de vacaciones a la playa», contaba una. «Y no es caro, que también ayuda», apuntillaba su compañera entre risas.

«No conozco Santiago y, ¿qué mejor manera de conocerlo que llegar haciendo el Camino y el día del Apóstol?»

Como ellas, son muchos los jóvenes que aprovechan las vacaciones para recuperar el tiempo perdido a base de caminata. Lluc, Sergi y Angelo querían hacer un viaje de amigos y un día, mientras tomaban una caña, se decidieron por Santiago. Partieron de Sarria el jueves: «Salimos tres y ahora somos cuatro». A ellos se unió Javier, un joven vigués que también peregrina por primera vez.

Su caso no es el único. En la plaza de la iglesia, Maribel y Nieves compartían mesa con Dinah y Luis. A primera vista, podría parecer que son amigos de toda la vida, pero se habían conocido la jornada anterior. «Nos sentaron juntos en un bar y al final pasamos la tarde. Hoy cada grupo salió por su lado, pero nos volvimos a encontrar», contaba una de las sevillanas. En su caso, la fecha de llegada a Santiago es más destino que casualidad porque tuvieron que atrasar el viaje un día. Por el contrario, la pareja de venezolanos que las acompañaba organizó las etapas para alcanzar la catedral mañana: «Queremos agradecer al Apóstol el poder vivir en Madrid porque tuvimos que irnos de Venezuela».

Y es que, aunque la estampa de Portomarín era como la de una fiesta, con un queso de tetilla hinchable incluido para dejar a los visitantes con buen sabor de boca, hay quienes portan en sus mochilas razones para peregrinar más allá de las vacaciones. Es el caso de dos hermanas francesas que salieron de Saint Jean Pied de Port. Su hermano sufrió un ictus y quedó en silla de ruedas, así que ellas decidieron hacer el Camino por él «y por todas las personas que no pueden caminar». También en Francia comenzó a pedalear Charles, un brasileño que «no sabría cómo describir tanta emoción».

«Nos pareció un planazo para hacer con amigas, una experiencia diferente y económica»

Dos años después, el Apóstol vuelve a atraer la mirada del mundo. Algo que notan en la localidad. «Portomarín estaría morto se non fose polos peregrinos», comentaba un vecino. A su edad, ha visto cómo el Camino transformaba su pueblo natal. Ese que, pese a encontrarse anegado bajo el Miño, los peregrinos pueden ver hoy por la sequía.