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«A Santiago hai que vir, polo menos, unha vez na vida»

Emma Araújo SANTIAGO / LA VOZ

VEN A GALICIA

El Apóstolo vuelve a la normalidad, con terrazas llenas, colas y ambiente de celebración. Crónica de una jornada de las fiestas con el casco histórico abarrotado y el concierto de Calexico que subió la temperatura a la noche con sus ritmos de la frontera

24 jul 2022 . Actualizado a las 19:01 h.

El Obradoiro siempre es el mejor ejemplo de una torre de Babel basada en la convivencia de lenguas que expresan admiración por terminar el Camino de Santiago. Pero lo cierto es que en la mañana de ayer el casco histórico parecía haber cruzado el Miño ante la masiva afluencia de visitantes del país vecino coincidiendo con la celebración de las Festas do Apóstolo. «En Portugal dicimos que hai que vir a Santiago unha vez na vida polo menos, porque se non, ves de morta», exclamaba la voz cantante de un grupo de turistas recién llegado de Braga, que dicen sentirse «como na casa». Y cuando le explican la similitud de su mensaje con el refrán sobre San Andrés de Teixido asoma la sonrisa cómplice de quienes se entienden en lenguas hermanas.

Ya fuera del Obradoiro, María Jiménez Rebollo, joven madrileña, contempla el edificio en el que estudiará durante los próximos años: la prestigiosa facultad de Medicina. Viajó a Santiago con su familia, que en Semana Santa hizo parte del Camino, por lo que sabe muy bien lo que le espera como universitaria. En su caso, como el de muchos turistas que ayer se acercaron a la ciudad, sobre todo los de mediana edad, han previsto una visita de un día, ya que se alojan en zonas de playa.

Visitar Santiago el día 23 es una buena opción para disfrutar de las fiestas sin las previsibles multitudes de mañana y del lunes. A esta conclusión llegó Susana González Gallardo, que se acercó a Santiago con sus hermanas y varias personas más para «escapar del calor de Madrid y disfrutar de Galicia». También consiguieron acceder a la misa del peregrino, ya que esta era su principal ilusión de la jornada.«Hoy es nuestro día en Santiago porque esta tarde tenemos reserva para ver el Pórtico», explica una familia murciana, que, casualidades compostelanas, se encontró con una peregrinación de su localidad mientras buscaban un sitio para comer sin grandes agobios, ya que todas las terrazas estaban llenas.

Las esperas frente a los restaurantes, muchos de ellos completos solamente con las reservas de los últimos días, colas para comprar helados y ninguna mascarilla por la calle, evidenciaban que esta normalidad se parece cada vez más a la de siempre, aunque con más calor del esperado. «A xente de Santiago ven máis pola noitiña», destacaban en una de las heladerías cercanas a Porta Faxeira, donde confirman la elevadísima afluencia de visitantes.

Pasadas las horas más calurosas, el ambiente festivo recuperó ritmo, sobre todo en la Alameda, que acogió las finales masculina y femenina del torneo de Chave, un juego muy arraigado, por lo que es una de las apuestas clásicas del programa. El campeonato de llave tuvo como contrapunto una competición propia del siglo XXI, con los drones acaparando todo el protagonismo, no en vano el programa del Galeic GP Series comenzó a primera hora y se extendió hasta pasada la medianoche, ya que la mañana se dedicó a las exhibiciones de vuelos y entrenamientos, y desde última hora de la tarde comenzó la competición, que terminó con un espectáculo de luz y sonido.

Calexico llenó A Quintana y subió la temperatura a la noche con sus ritmos de la frontera

Todas las fiestas piden conciertos. Y Santiago reserva A Quintana para las principales apuestas. Ayer fue Calexico, el grupo de referencia de este Apóstolo, que llenó la plaza con un público que disfrutó, e incluso bailó, con sus ritmos fusión de rock estadounidense con la música de la frontera mexicana. Calexico acentúa su perfil más latino en su último álbum, «El mirador», que presenta en su gira europea.

El público respondió en otros escenarios del día, como el parque de Galeras con el rock de Rufus T. Firefly, o en Mazarelos con los saxos de Lícore Quartet.

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