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José Toba, 34 años veraneando en O Grove: «Ahora son mis nietos los que me dicen: '¡Abuelo, al cámping!'»

VEN A GALICIA

Mónica Irago

Esta es su segunda casa. Y no se plantea un verano sin disfrutar de este lugar mágico: «Llegué la primera vez con mi hijo, que tenía entonces 10 años»

07 ago 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

José Toba lleva toda la vida veraneando en cámpings. Y en este de O Grove, la friolera de 34 años y de forma ininterrumpida. Desde que este coruñés descubrió el Moreiras supo que ese sería el centro de operaciones de todos sus veranos. «Fue en 1988 y desde entonces, he venido todos los años sin fallar. Llegué la primera vez con mi hijo que tenía 10 años, y ahora ya tiene sus propios hijos. Fue en un campeonato de ajedrez y era en mayo. Que es la época más bonita. Me quedé tan prendado del cámping que he venido todos los años. Me he instalado aquí como base, y luego, normalmente en agosto, me cogía la caravana y nos íbamos a recorrer toda Europa con la familia», explica.

Esta sencilla receta le ha permitido vivir los veranos de una manera única. Porque sabe que sin una caravana, sería imposible haber visitado tantos países: «Puedo decirte que he recorrido toda Europa. Desde el mar Negro hasta la costa oeste de Irlanda. Desde Conil hasta el cabo Norte, al norte del Norte. Y de cámpings sé un poco, pero siempre, sistemáticamente, mi base ha sido el Moreiras. Porque tiene justo lo que yo busco en un cámping».

¿Y qué fue lo que le hizo saber que ese era el sitio perfecto para pasar todos los veranos? «Yo buscaba un lugar tranquilo, familiar, fuera de modas. En una ubicación especial y como se ve, aquí estoy encima del mar. No masificado, sino relativamente tranquilo, y donde pueda tener una vivencia plena con la naturaleza. Y eso es todo lo que me ofrece. Estoy a diez metros del agua. Es un sitio que puede estar lleno, pero tú te sientes solo, tranquilo, sin que nadie te incordie ni te moleste», explica este veterano, que también reconoce que hubo un momento en el que estuvo a punto de cambiar de estilo de vida. «Fueron mis hijos los que me dijeron: ‘¡Estás loco!'. Y ahora son mis nietos los que me dicen: ‘¡Abuelo, al cámping!'. Es decir que seguiré viniendo mientras pueda».

Son sus cinco nietos los que más disfrutan de estar al aire libre, ir a la playa, volver al cámping, estar en contacto con la naturaleza y correr de aquí para allá. «Acaban de estar hace unos días porque viven en Madrid y la verdad es que están enamorados de O Grove y del Moreiras. Es lo que te puedo decir», confiesa quien tampoco puede disimular su pasión por este rincón. Incluso se atreve a contar que muchos niños a los que conoció en la primera etapa del cámping, ahora ya son adultos y tienen críos, pero siguen yendo al Moreiras: «Hay gente que repite sistemáticamente. En ese sentido, tiene mucho de familiar. Luego también hay gente que viene de paso, pero ya son los menos. Esto es como tu casa. Y tienes tu grupo. Aunque esa no es mi intención. A mí lo que me gusta es disfrutar del campo y del mar. La tranquilidad. Eso es lo que busco y lo que encuentro aquí».

SOLO LE QUEDÓ ALBANIA

José siempre tuvo la intención de viajar y con la caravana vio una manera económica de hacerlo: «Siempre me gustó la idea de conocer Europa y uno entonces no tenía recursos ni nada para viajar. Y ahí surgió la idea de comprar una caravana, engancharla al coche y conocer mundo. El único país que se me ha escapado es Albania. Y ahora ya soy un poco mayor para seguir con la caravana a cuestas como antes, pero las ganas no me faltan». Hasta tres vehículos de estas características tuvo José para cumplir su deseo de conocer otros lugares. «Fueron distintas etapas. En la primera, mis dos hijos eran pequeños y tenía una caravana con literas. Luego, crecieron y empezamos a viajar solos mi mujer y yo. Entonces, la cambié por una en plan pareja. Y cuando vinieron los nietos tuve que volver a cambiarla porque ellos también necesitaban literas. Viajé por Europa, pero sin perder nunca de referencia el Moreiras. Esta es mi base. Salgo de aquí y vuelvo a aquí. Y cambié de caravana, pero no de lugar», dice.

Disfrutar del verano en contacto con la naturaleza y en sintonía con otros campistas es «un estilo de vida» para José. Y hay muchos tipos de cámpings: «Los hay con más divertimento o más grandes, pero este es como una vuelta a casa. Ese lugar tranquilo en el que te gusta estar y que tiene todo lo que realmente pides».

RESPIRAR CAMPO

Confiesa que mucha gente no entiende esta manera de veranear, y mucho menos, viniendo de tan cerca, desde A Coruña, pero él lo tiene claro: «Yo vengo aquí a escaparme de la ciudad. Necesito respirar campo, sin perder de referencia el mar. Y esto no me lo da un apartamento, me lo da un cámping. Es una forma de vida y quizás el que no lo haya vivido, no lo entenderá. Además, el aire de O Grove tiene algo especial».

José ya ha recibido la visita de una parte de sus nietos y le queda la otra. Y así, entre visita y visita, ellos siguen pasando el verano como siempre han querido. Porque este tipo de vida «tienes que llevarla dentro» y reconoce que no le gusta a todo el mundo: «Hay gente que busca otras circunstancias. Pero yo tengo claro que esto es lo que quiero. Estoy tan enamorado de este sitio, que no tengo pensado dejarlo. Y tengo la parcela reservada año tras año. La verdad es que es especial y llevo ya muchos años en ella. Es como tu casa, es lo que te gusta y es a donde siempre regresas».

Aquí estará José hasta la Festa do Marisco (en octubre) cuando cierre sus puertas el Moreiras. Entonces será el momento de recoger la caravana y llevarla a una nave a la espera de que se inaugure la siguiente temporada. Pero mientras eso no sucede, aún le quedan muchos atardeceres al pie de la playa de Areas das Pipas. Y la visita de la segunda tanda de sus nietos, y la tranquilidad, el campo, la brisa de San Vicente.... En definitiva, el verano.