Descubrir el paisaje de los parques naturales, saborear los vinos en tiempo de vendimia o hacer el Camino de Santiago sin carreras para llegar al albergue son algunos de los planes que se disfrutan más sobre una alfombra de hojas secas
26 sep 2022 . Actualizado a las 05:00 h.El otoño tiene sus encantos. Si no, que se lo pregunten a los habitantes de O Courel, que ven cómo su paisaje se convierte en un arco iris de tonos ocres. O a los bodegueros de la Ribeira Sacra, las Rías Baixas o cualquier otra de las zonas de producción de vino con denominación de origen, que saborean los primeros frutos de la vendimia. Y es que hay experiencias que solo se pueden vivir en un momento concreto del año, como salir en busca de setas o asar castañas. Ahora que llegan meses con puentes y festivos, una escapada por Galicia permite hacer planes que se disfrutan más sobre una alfombra de hojas secas.
Descubrir los parques naturales
Que el plan estrella del verano es ir a la playa lo saben en cualquier zona de costa, pero el otoño es la época por excelencia de los bosques. Su vegetación se transforma con el paso de las semanas, pasando del más intenso verde a la desnudez, con una evolución a través de un arco iris de tonos ocre. Los árboles autóctonos son expertos en este cambio de vestuario y ofrecen un espectáculo al alcance de cualquier persona con ganas de calzarse las botas y caminar por las zonas protegidas donde habitan.
Galicia cuenta con numerosas reservas, pero la señal de que un territorio es especialmente rico en flora y fauna está en la categoría de protección que ostenta. Así, con permiso del Parque Nacional das Illas Atlánticas, los parques naturales se llevan la palma. Hay seis en la comunidad: Fragas do Eume (A Coruña), Corrubedo e lagoas de Carregal e Vixán (A Coruña), O Invernadeiro (Ourense), Serra da Enciña da Lastra (Ourense), Baixa Limia-Serra do Xurés (Ourense) y Monte Aloia (Pontevedra).
Saborear los vinos con denominación de origen
Septiembre es temporada de vendimia y el otoño, el momento de probar sus frutos. En Galicia existen cinco denominaciones de origen: Rías Baixas, O Ribeiro, Monterrei, Ribeira Sacra y Valdeorras. Todas ellas cuentan con ofertas de enoturismo que permiten no solo saborear sus vinos, sino visitar sus bodegas, caminar entre sus viñedos e incluso participar en el proceso de elaboración.
Además, cada una de estas zonas tienen sus encantos. Las Rías Baixas maridan sus vinos con los productos del mar. Ribeira Sacra permite disfrutar de los impresionantes cañones del Sil y del Miño a vista de pájaro desde sus miradores o internarte en la vegetación en busca de iglesias románicas. Monterrei traslada a los visitantes al pasado con su imponente castillo. Valdeorras sorprende con sus bodegas excavadas en forma de cuevas con chimenea. Y O Ribeiro ofrece una desconexión total gracias a sus aguas termales.
Desconectar en las aguas termales
Disfrutar de las aguas termales es otra de las experiencias ideales para el otoño. Aunque se puede hacer en cualquier época del año, la vuelta a la rutina y el cansancio que se acumula tras las primeras semanas de trabajo o clase bien merecen que se haga un alto en el camino para desconectar. Galicia cuenta con más de 300 manantiales, por lo que hay destinos de sobra para hacer una escapada.
Hay varias opciones que suelen incluir alojamiento. Los balnearios basan sus tratamientos en las propiedades de las aguas mineromedicinales para ofrecer unas jornadas al puro estilo romano, que ya gozaban de esta experiencia. Los talasos, por su parte, utilizan los atributos terapéuticos del agua del mar, así como algas, lodos y demás elementos del entorno marino. Además, para quienes busquen opciones más económicas, existen termas públicas como las de Ourense donde pasar una tarde de relax.
Celebrar el Samaín, la fiesta que dio lugar a Halloween
Visitar Galicia sin salir de fiesta es casi un pecado tan grande como el de no probar los platos tradicionales. De entre todas las celebraciones que tienen lugar en otoño, destaca sin duda el Samaín. Aunque se pueda pensar que es la versión gallega de Halloween, se trata en realidad del origen de la fiesta anglosajona. Y es que los celtas que dejaron tradiciones como la de variar calabazas y tallarlas con caras terroríficas se extendieron también por esos territorios donde los niños salen a pedir golosinas el 31 de octubre.
Cada zona e incluso parroquia tiene su particular forma de celebrar esta fecha, pero existen elementos comunes como la mencionada tradición de tallar calabazas, cuya finalidad era alejar a los malos espíritus de las casas. También son habituales los desfiles de disfraces, con especial peso de aquellos que recrean el paso de la Santa Compaña, una procesión de almas en pena que, según la leyenda, recorre los montes gallegos cada noche.
Hacer el Camino de Santiago
Es el comodín para todas las épocas del año. Hacer el Camino de Santiago es una experiencia que cambia en función de la estación. Y no solo por el paisaje. Peregrinar después de la temporada alta, que termina aproximadamente en el puente de octubre, permite vivir la experiencia sin aglomeraciones ni carreras para llegar al albergue público. Así, el otoño ofrece una versión más espiritual de la ruta xacobea, pero sin sufrir el frío del invierno. Eso sí, es recomendable comprobar qué alojamientos están abiertos, ya que algunos cierran sus puertas durante estos meses.
