Estrella Márquez empezó a cocinar en el restaurante de Vigo con 13 años. Se casó después con Lino Núñez y juntos convirtieron el local en un clásico de pescados y mariscos al que el seleccionador de España y muchos futbolistas han dado fama
04 dic 2022 . Actualizado a las 00:17 h.Hay bares que son templos de la gastronomía gallega sin tener ninguna estrella Michelín. El Nisio es uno de ellos. El local vigués, cuyo nombre se viralizó el pasado fin de semana tras recomendarlo el seleccionador español de fútbol Luis Enrique en su canal de Twitch, lleva más de medio siglo maravillando con sus pescados y mariscos. «Tenemos nuestros platos estrella, digamos, que son el arroz con bogavante, los fideos con almejas y las cocochas al pil pil», explica Lino Núñez, dueño del negocio y de profesión tabernero por circunstancias de la vida. Cedió el testigo del Nisio a su hija Laura hace apenas dos años, pero confiesa que todavía echa una mano cuando hace falta. «Hay clientes que ya son amigos», dice sobre el guiño que le dedicó el exentrenador del Celta hace unos días.
Las cocochas del Nisio son de merluza y se sirven sobre una cazuela hirviendo. «Hace treinta años, un cliente que era marinero trajo las cocochas de bacalao, pero dejamos de trabajarlas porque, aunque son muy ricas, es difícil encontrarle el punto de sal», relata Lino sobre el atrevimiento de abordar una receta vasca (kokotxa significa barbilla). Pasaron un par de años hasta que apareció otro pescador. En este caso «iba a la merluza y nos pidió si les cocinábamos aquí una caldeirada». Fue Estrella Márquez, la mujer de Lino y natural de Salvaterra de Miño, la que armó una receta propia de las cocochas a la gallega. Y dio en el clavo. «Decimos al pil pil, pero más bien se sirven en salsa verde. Nosotros le ponemos cebolla picada y perejil», señala Lino sobre una fórmula que triunfa en parte porque «la hacemos a nuestra manera». Aunque cocinadas en Galicia, hubo paladares vascos que corroboran la buena cocina del local de Teis: «El presidente del Athletic de Bilbao o el de la Real Sociedad, cuando vienen a jugar a Vigo, pasan por aquí y las piden, les gustan».
Luis Enrique también ha sucumbido ante las cocochas y demás elaboraciones. «Cuando vino para Vigo, acudió recomendado por compañeros futbolistas que ya nos conocían, teníamos amigos en común. La temporada que estuvo aquí nos visitaba con frecuencia, junto a su mujer y sus hijos. Los veía cada dos semanas y me llamaba y me decía: ‘Lino, voy a buscar a la familia al aeropuerto. Resérvame una mesa que quieren comer marisco en tu casa’». «Él tenía fama de comer muchas ensaladas, pero aquí no la probaba», confiesa el responsable partiéndose de risa.
Fútbol
Cuando se abre el melón del fútbol, la conversación de Lino fluye sin cesar. De hecho, el dueño explica la transformación del bar en un local de fama popular a raíz de la creación de la Peña Michel Salgado. «La fundamos cuando todavía no era famoso y era el único jugador de Vigo en el Celta. Unos años después, fichó por el Real Madrid y cuando volvía por aquí lo hacía junto a compañeros del equipo blanco». Fue así cuando el bar de Teis sentó a la mesa a Roberto Carlos, Ronaldo, Iker Casillas, Guti... Estrellas del fútbol, alguna de las cuales Lino considera amigos pese al paso del tiempo. «Ahora surgió lo de Luis Enrique, pero Jordi Cruyff, que estuvo solo seis meses jugando aquí, sigue mandando a gente para que coma en mi casa», agradece. Otros clientes son artistas, como Joan Manuel Serrat, que «anduvo hace poco por aquí y yo no estaba, y me llamaron para que me pasara».
Pese al paso del tiempo, el Bar Nisio presume de una estética que no es impostada. Sigue funcionando en el mismo local, en la calle de Santa Trega, que estrenó su suegro en la década de los cincuenta del siglo pasado. Al principio funcionaba como una especie de pequeño ultramarinos al que acudía la gente para comprar un par de cosas y tomarse unos vinos. El imaginario popular fue el que lo bautizó. «La gente decía ‘vamos a tomar un vino al Nisio’ porque mi suegro se llamaba Dionisio, y así le quedó el nombre». Muchos eran trabajadores de la histórica astillero Vulcano, que vivió su época dorada en la década de los setenta. «Venían con la fiambrera y mi suegro les ponía el vino y el pan». Generalmente ofrecía vinos de cosecha «de allá, de la aldea, de O Condado y por ahí».
En el 2011, la casualidad oficializó el nombre. «Cuando empezó la ley antitabaco, veía que había clientes que salían fuera para fumar. Pedí entonces a una firma de cervezas si me enviaban un toldo para que la gente no se mojase. Y me lo mandaron serigrafiado con el nombre de Bar Nisio. Yo, la verdad, quería que fuese un local sin nombre», relata.
Historia
Estrella Márquez empezó a cocinar en el Nisio cuando tenía 13 años. Después se casó con Lino, que trabajaba como albañil. Surgió la oportunidad de que el matrimonio mantuviese el negocio de Dionisio y decidieron probar, comprando la casa y el terreno contiguo. Apostaron por montar un restaurante en los noventa. Se hacían con la materia prima (mariscos y pescados) en Bueu. Al principio, Lino iba directamente a la descarga de los barcos. Pese al auge de las lonjas, él seguía comprando a los marineros en los que confió desde sus inicios como tabernero. Y así de bien les ha ido hasta ahora.