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Caldas, historia, termalismo, patrimonio natural y Camino

C. B. CALDAS

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La Carballeira de Caldas de Reis, un pulmón verde a orillas del Río Umia
La Carballeira de Caldas de Reis, un pulmón verde a orillas del Río Umia RAMON LEIRO

Con una ubicación estratégica, es cabecera de comarca y un lugar siempre para redescubrir

26 mar 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Una ubicación estratégica, riqueza paisajística y, por supuesto, sus aguas termales. Son tres aspectos definitorios de Caldas de Reis, un municipio pontevedrés cercano a los diez mil habitantes que es, además, cabecera de la comarca Ulla-Umia.

Hablar de historia en Caldas es referirse a su tesoro, sin duda el vestigio más importante del pasado de la localidad. Con una réplica en el Auditorio Municipal, se encuentra depositado en el Museo de Pontevedra. Se trata de un conjunto de piezas de oro datado a comienzos de la Edad del Bronce (1800 a. C).

El termalismo es seña de identidad en Caldas, y a él hace referencia su nombre. Las aguas minero medicinales son el recurso más importante en el nacimiento y desarrollo de la villa. Junto a los dos balnearios históricos, el Acuña y el Dávila, está la fuente pública de A Burga, parada obligada para todo visitante y donde el agua mana a 45 grados. Las aguas de Caldas pertenecen al grupo de las sulfuradas cloruro-sódicas hipertermales. Están indicadas para afecciones reumáticas, dermatológicas, quirúrgicas y de las vías respiratorias.

Junto al termalismo, Caldas es escala de peregrinos. Fue punto obligado de tránsito para los peregrinos y extranjeros que entraban en Galicia por Tui o por los puertos de Baiona, Vigo y Pontevedra, siguiendo hacia Santiago por el trayecto marcado por las vías romanas. Caldas es hoy uno de los municipios con más kilómetros de Camino Portugués a Santiago. En los últimos años la ruta jacobea ha despuntado con decenas de negocios de alojamiento y hostelería, contribuyendo a dinamizar la economía local. Una vez que pisan el centro histórico, los peregrinos se encuentran la iglesia de Santa María, cruzan el río Umia por el puente de la Herrería, para bajar por delante de A Burga hacia la calle Real y el puente sobre el río Bermaña. Antes de abandonar Caldas para dirigirse a Padrón, observan la iglesia de Santa Mariña de Carracedo, cuyo origen se remonta a un monasterio del siglo XII.

La villa termal, acogedora y dinámica, también presume de patrimonio arquitectónico y natural. Entre el primero destacan las iglesias románicas de Santa María de Caldas, Santa María de Bemil, San Andrés de Cesar o San Esteban de Saiar. En el centro urbano de Caldas, al lado de la plaza de As Palmeiras, está la iglesia parroquial de Santo Tomás Becket, de finales del siglo XIX y estilo neomedieval. Como curiosidad, fue en parte construida con las piedras de la antigua Torre de Doña Urraca.

Pero, sin duda, Caldas son también sus ríos y su patrimonio natural. Destaca por encima de todos el conjunto que conforma el río Umia con el Jardín Botánico y la Carballeira, declarado Bien de Interés Cultural (BIC). Es uno de los lugares con más encanto para el viajero y está formado por más de cien especies arbóreas de todos los continentes. Un entorno inspirador a orillas del Umia, con gustosas sombras para disfrutar en verano. En la Carballeira se inicia una de las rutas de senderismo que no se pueden obviar: la Ruta da Auga, que discurre por la ribera del Umia hasta el puente romano y la cascada de Segade. Dos kilómetros que merece la pena recorrer.