La guía Repsol he elegido el «Lugar de encontros» de Seadur (Larouco) como uno de los seis restaurantes con mejores vistas de España
04 may 2023 . Actualizado a las 17:29 h.Irás por las vistas y volverás por la comida. O irás por la comida y volverás por las vistas. Irás (da igual el motivo) y volverás. Seguro. En el 2021, Simón Val decidió apostar por abrir la cova de su familia a las visitas más allá de la ruta que se celebra el sábado de Semana Santa en Seadur (Larouco) desde hace casi veinte años y de la que él fue uno de los impulsores. Surgió como un «lugar de encontros», en el que poder ver una construcción típica —una cova es una bodega excavada en la tierra— de Valdeorras. Se contabilizan alrededor de un millar en la comarca —todas privadas y solo abiertas al público en las diferentes rutas festivas que hay a lo largo del año—, pero que son una rareza o no existen en el resto de Galicia.
Se puede visitar la cova, disfrutar del vino que elaboran bajo el sello de calidad de la D.O. Valdeorras —un blanco a base de godello y un tinto elaborado con mencía— y comer. Producto de muy buena calidad como pulpo, oreja, chuleta o bacalao que se cocina fundamentalmente en la enorme brasa que hay en la cocina, totalmente abierta y que está a la entrada de Cova da Xabreira. Hace dos años abría un espacio novedoso que poco a poco fue saltando de boca en boca y lo que en un principio era una propuesta para los fines de semana de verano acabó convirtiéndose en un lugar de referencia en el oriente ourensano que está abierto todo el año (salvo vacaciones, que también descansan) desde el jueves por la noche a los domingos a mediodía. Y hay que andar ágil con las reservas. Porque no es fácil conseguir mesa. Para el Día de la Madre, que se celebra este domingo, hace semanas que colgaron el cartel de completo, explica la directora del proyecto, Rebeca Núñez.
Producto de calidad a un precio muy ajustado. Eso le valió a Cova da Xabreira conseguir un solete Repsol en la última edición de la guía gastronómica. Pero no solo eso, ahora aparece destacado por la misma publicación como uno de los seis restaurantes de España con las mejores vistas. El único en la provincia de Ourense. Y, ¿qué se ve desde la terraza de Cova da Xabreira? Porque la comida se sirve en el interior o en las mesas que hay justo a la entrada, pero para el café y los postres, el personal invita a salir a la terraza que hay del otro lado de la empedrada calle das covas —una vía en la que se contabilizan más de 70 construcciones de este tipo y que el Concello de Larouco quiere convertir en bien de interés cultural (BIC)—. Y ahí la maravillosa tarta de dulce de leche (solo por encargo), el flan de café o las cañas fritas acompañadas del café de pota todavía saben mejor disfrutando de la cotizada sombra mientras se respira naturaleza y se deleitan los sentidos. Si se mira hacia la izquierda, aparece Roblido y el mirador del Barranco Rubio. Después, según se va girando la cabeza, al fondo se ve el valle formado por A Rúa y Petín. Siguiendo hacia la derecha se alza imponente el alto do Monzón. Detrás de esas montañas (aunque no se ve) está Pena Trevinca, el pico más alto de Galicia (situado a 2.127 metros de altitud). Finalmente, a la derecha de todo estaría Celavente. Y justo al girar sobre uno mismo y dando la espalda a la terraza, el monte da Xabreira.
Seadur, un enclave vital en las ferias de mitad del siglo pasado
Lo de comer en las covas de Seadur no es nada novedoso. Hace décadas (allá por los años cincuenta y sesenta), la pequeña aldea era lugar de paso obligado para quienes desde las Terras de Trives iban a las ferias a Valdeorras. Y precisamente a esto responde la gran puerta de madera que hay en un lateral de la terraza. Simón pensó que sería una buena alegoría a que Seadur era la entrada a Valdeorras.
Aunque había la posibilidad de cubrir un tramo en tren (bajando la montaña hasta la estación de Montefurado y después coger el servicio ferroviario a O Barco), esta se desvanecía cuando el viaje era para vender o comprar ganado. Porque los animales no podían subir a los vagones. Así que tocaba caminar acompañándoles. Era un largo y cansado recorrido, así que no pocos ganaderos de Terras de Trives hacían parada en Seadur. Los vecinos abrían las covas para darles algo de comer o incluso un lugar donde dormir. Ahora no queda nada de aquello. En Seadur no hay granjas y tampoco es un lugar de paso para los ganaderos que iban de Trives a Valdeorras. Lo que hay es un paisaje dibujado por viñedo.