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La Ribeira Sacra en agosto: «Podemos chegar a dar máis de 300 comidas e despois as ceas»

María Doallo Freire
María Doallo OURENSE

VEN A GALICIA

Una familia de valencianos, a punto de embarcar en el catamarán del Sil
Una familia de valencianos, a punto de embarcar en el catamarán del Sil Ainara Rodríguez

Los visitantes se interesan por miradores, rutas de senderismo y viaje en catamarán

07 ago 2023 . Actualizado a las 20:43 h.

Después de un mes de julio con menos turismo del habitual en la Ribeira Sacra, agosto llega con fuerza. «Poco a poco hemos ido cogiendo fuelle. La primera quincena del mes pasado fue floja y la siguiente mejoró un poco, pero la verdadera afluencia a la que estamos acostumbrados la empezamos a tener ahora», afirma María Carmen González. Ella es la encargada de la oficina de turismo de Castro Caldelas. Lleva catorce años al frente del organismo que está situado en la entrada del castillo de los condes de Lemos, uno de los puntos neurálgicos de este municipio de la provincia.

«Con la llegada del AVE notamos que el turismo en Ourense se incrementaba y, sobre todo, nos dimos cuenta de que lo hacía a lo largo de todo el año. La gente ya no solo viene en verano o en Semana Santa, cualquier fin de semana es bueno para escaparse», admite.

La mayoría de turistas que están recibiendo en Castro Caldelas durante la temporada estival vienen de Madrid. También hay muchas visitas que llegan de la zona del Levante, a donde hay un AVE directo que llega en cinco horas, y especialmente se nota la afluencia de andaluces este verano. Desde allí llega Paco Pérez, junto a su mujer y a unos amigos. Aunque ya han estado más veces en Galicia, esta es su primera visita a la provincia de Ourense. «Estamos totalmente impresionados. Nos alojamos en el Pazo da Pena de Manzaneda y nos hemos quedado alucinando con lo precioso que es. Cuidan todos los detalles y estamos súper a gusto», dice. Vienen con una ruta turística completa que ha organizado uno de los amigos del grupo. Su primera parada en la Ribeira Sacra fue el castillo de Castro Caldelas.

De ahí se marcharon a conocer los vinos y los viñedos de Regina Viarum y después a comer a Monforte. «Nos está encantado todo. Lo que mejor llevamos es la temperatura porque venimos muertos de calor de Sevilla y Algeciras y aquí se respira fenomenal», apunta Pérez. En la programación de su viaje a la provincia incluyeron un trayecto en catamarán, la visita al monasterio de Santo Estevo de Ribas de Sil y una parada de un día entero en la capital de As Burgas. «Nos han recomendado las termas y conocer el casco histórico, así que por allí iremos», concluye.

Oficina de Turismo de Castro Caldelas
Oficina de Turismo de Castro Caldelas Ainara Rodríguez

Miradores de la Ribeira Sacra

«Sobre todo preguntan por miradores y rutas de senderismo para descubrir la Ribeira Sacra desde dentro», apunta María Carmen González. El viaje suele completarse con una visita a algún monasterio cercano y con la ruta del catamarán por los cañones del Sil. Una de ellas sale desde Abeleda, una pequeña aldea de A Teixeira. En los establecimientos de este lugar también han notado la bajada de turismo durante el mes de julio. «Hai menos xente que o ano pasado, de feito en xullo estivo a cousa bastante baixiña», dice María Bermejo, camarera del restaurante Casa Lelo, uno de los más concurridos por la zona. «No verán nós podemos chegar a dar máis de 300 comidas e despois as ceas, pero agora non está sendo así, de feito pola noite apenas hai xente e polo día véñennos pedir bocadillos ou comida máis económica para levar», añade. Señala la falta de hospedaje como uno de los inconvenientes que plantea Abeleda. «O que falta aquí son lugares onde poderse aloxar. En Doade —parroquia limítrofe con Lugo que pertence ao concello de Sober— polo contrario si que hai moito e por tanto os turistas quédanse alí», afirma.

Visitantes se quejan de que hay lugares exageradamente masificados

Mariela Sáez ya había estado antes en Galicia y decidió que este era el verano de traer a su familia. Ella, su marido, José Miguel Ramírez, viven con sus hijas, Paula y Aroa, en Buñol, un pueblo del interior de Valencia y quisieron pasar estas vacaciones descubriendo distintos puntos de la geografía gallega. Empezaron por Santiago de Compostela. Continuaron haciendo una ruta por Finisterre y ahora han cogido una casa en Vilanova de Arousa y desde allí van a dedicar unos días a recorrer la provincia de Ourense, yendo y viniendo a diario. Su primera parada fue la ruta en catamarán por los cañones del Sil, que sale desde Abeleda (A Teixeira). «Es un imprescindible porque es un viaje diferente a todo y muy bonito», dice Mariela. Encontraron tiques por casualidad.

En la Ribeira Sacra van a hacer el pack completo: visitar una bodega, algunos pueblos del rural y un monasterio. «Me está encantando», dice Paula. «A mí me están gustando especialmente los paisajes y la gastronomía», destaca su hermana Aroa. Entre sus favoritos están el pulpo á feira y las vieiras. Esta familia valenciana ha querido improvisar sus días en Ourense y no le está siendo fácil. «Notamos que hay lugares que están exageradamente masificados, es cierto que concretamente en la provincia estamos a gusto y se puede ver todo con tranquilidad, pero Santiago fue una locura», afirma Mariela, que visitó la catedral hace 25 años. «Si no compramos todas las entradas con antelación, no podemos entrar en la mitad de los sitios», concreta. «A mí sí me parece bien que lleven un control rígido con entradas en algunos monumentos porque si no se pueden estropear. Me impactó ver a gente de tantas nacionalidades haciendo el Camino de Santiago», termina la pequeña Aroa.