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La cifra de peregrinos en lo que va de 2023 ya supera la del año pasado a estas alturas

Carlos Portolés
Carlos Portolés

VEN A GALICIA

Imagen de archivo de un grupo de peregrinos a su paso por Ribadiso, en Arzúa
Imagen de archivo de un grupo de peregrinos a su paso por Ribadiso, en Arzúa PACO RODRÍGUEZ

Un total de 306.181 mochileros han alcanzado la plaza del Obradoiro entre enero y agosto, casi 2.000 más que en la temporada anterior

04 sep 2023 . Actualizado a las 12:45 h.

Escribió Machado —y cantó Serrat— eso de que no hay camino. Aunque dé vértigo contradecir a según qué plumas, lo cierto es que el verso, por lo menos en Galicia, no se cumple. No es que aquí haya camino, es que aquí está el Camino. Múltiple y unitario. Decenas de travesías que confluyen en la inmensa plaza del Obradoiro, con el suelo siempre lleno de mochilas y de peregrinos contentos. Una felicidad que se ha construido etapa a etapa. Incluso paso a paso. Todos los sudores, las ampollas y los deseos de abandonar quedan atrás cuando, aún con el macuto a la espalda, se divisan por primera vez los puntiagudos contornos del templo donde, dicen, descansa uno de los doce que acompañó a Jesús. 

Es innegable, no obstante, que el recorrido del apóstol Santiago ha tenido algunos años duros. Las crisis y las pandemias siempre se ceban con el turismo y con los negocios locales. Pero, tras un parón obligado, las cifras vuelven a abrir espacio para el optimismo. La temporada pasada hubo un aumento exponencial de peregrinos —con un mes de agosto estelar que marcó un pico de 85.842 caminantes—. Entre el primer y el octavo mes del año, un total de 304.393 aventureros alcanzaron la meta catedralicia. Este 2023 ya ha superado esas cifras.

Según las estadísticas públicas de la Oficina del Peregrino, hasta el 31 de agosto del presente año han sido 306.181 los que han recogido su diploma en el punto de llegada. Un incremento de casi 2.000 respecto al 2022. Aunque no sea una escalada grandilocuente, sin duda confirma la noción de que el Camino de Santiago no solo se mantiene fuerte, sino que todavía suscita renovados intereses y pasiones. 

Desgranando los datos, hay algunos índices curiosos y reveladores. Por ejemplo, que este año está viéndose una mayor proporción de presencia extranjera. De hecho, los foráneos son mayoría, con 157.743, frente a los 143.593 españoles. No obstante, las nacionalidades de los visitantes son un mosaico variopinto. Italia (20.601), Estados Unidos (19.382) y Alemania (16.437) se llevan, de momento, el oro, la plata y el bronce del pelotón extranjero. 

De puertas para dentro, destacan los andaluces. 33.462 llegaron de esta región. Después van Madrid (25.173), Comunidad Valenciana (17.081) y Cataluña (12.849). Galicia ocupa el sexto puesto, habiendo aportado un total de 7.615 peregrinos. 

Italia, Estados Unidos y Alemania, los países extranjeros que más visitantes han aportado

El Camino Francés sigue siendo, con amplia diferencia, el más concurrido. 150.181 almas lo han andado en estos ocho meses. Pero también muestran meritorios números el Portugués (61.171), el Portugués de Costa (34.309) y el Inglés (16.828). Es precisamente la divergencia lo que hace de este peregrinaje algo único e inexplicable. Experiencias y senderos que nacen en lugares que, a pesar de ser remotos entre sí, acaban convergiendo en un solo punto abierto y central, peinado por irregulares adoquines de piedra antigua. 

Peregrinos en la plaza del Obradoiro
Peregrinos en la plaza del Obradoiro Sandra Alonso

Por las calles, callejuelas y callejones de la capital —incluso por los rincones más angostos— no caminan gentes de uno u otro país. De una u otra opinión. Ni siquiera de uno u otro equipo de fútbol. El que pone un pie en Santiago ha comenzado a formar parte de un todo igualador. De una tradición milenaria que constituye uno de los rasgos imborrables de las culturas gallega y española. No se entiende esta tierra sin los del batón y la concha de Vieira. Por eso, a pesar del tiempo, a pesar de la economía, a pesar de las pandemia y a pesar de todas y cada una de las calamidades engendradas por este mundo, el Camino siempre sale finalmente a flote con fuerzas renovadas.