En la localidad hay varios núcleos que cuentan con covas centenarias
05 feb 2024 . Actualizado a las 05:00 h.«Vilamartín, de España jardín» es un eslogan impulsado hace décadas para referirse a la localidad de Valdeorras, famosa por su tierra fértil y verde, perfecta para plantar todo tipo de productos. De hecho es uno de los municipios referencia no solo en viñedo, sino también en injertos y plantaciones. Un concello regado por el Sil que presume también de altas montañas. Un lugar que invita a disfrutar caminando.
Calle das covas
En la parte alta del casco urbano están las covas, bodegas excavadas en la tierra, que se cuentan por centenares. Todas son de propiedad privada, por lo que habitualmente están cerradas, aunque cada primer domingo de agosto se celebra una ruta en la que es posible descubrir más de una veintena. Además, la zona es perfecta para un paseo, disfrutando de las fachadas empedradas, al igual que la calzada. No muy lejos, en Arcos, destacan las covas por sus curiosas chimeneas (lo único de la estructura que sobresale al exterior) rodeadas del verde de la tierra.
La aldea del poeta Florencio Delgado Gurriarán
Entre los núcleos rurales de Vilamartín destaca Córgomo, la aldea natal del protagonista del Día das Letras del 2022. En su casa natal, de la que solo queda parte de la fachada, un mural recupera cómo era el interior del inmueble. La aldea está dibujada por casas de piedra bien cuidadas y cuenta con varios murales alusivos a Florencio Delgado Gurriarán y a otros nombres propios de la literatura, como Rosalía y Castelao.
La importancia de los ríos
Vilamartín está atravesado por el río Sil y en el cauce está un buen recurso turístico, sobre todo en lo que respecta a la zona de O Bañadoiro. En el área recreativa se puede disfrutar del paseo junto a al ribera y también de las actividades náuticas, utilizando el pantalán recientemente instalado. Además, es un lugar perfecto para el avistamiento de aves, en especial de garzas reales (que no se muestran en otros puntos de la zona). El Sil es fundamental, pero hay otros ríos que también dibujan su paisaje. Uno de ellos es el Farelos, que cuenta con una senda señalizada perfecta para caminar a la sombra de un bonito
El castillo de Arnado
Del otro lado del río Sil está Arnado, una pequeña aldea en la ladera de la montaña que destaca por el castillo (también conocido como Torre Penela), cuya edificación está atravesada por la carretera en túnel. Se trata de una imponente e inconclusa construcción que consta de dos grandes torres y un cuerpo central que las une. Es una propiedad privada, por lo que no es visitable, al menos de momento, ya que el plan es abrirla al público en el futuro.
Siguiendo el trazado de la carretera tras dejar el pazo atrás, a ocho kilómetros montaña arriba está Correxais. En la aldea merece visita el convento trinitario, construido en el siglo XVIII junto a la iglesia de San Pedro. La construcción es ahora apenas una ruina, pero sigue dando cuenta de la importancia de la edificación, que fue epicentro cultural y espiritual de la comarca antes de caer en el abandono.
Un importante yacimiento romano
En la parroquia de Valencia do Sil está el yacimiento de O Castelo, uno de los más completos de del final del Imperio romano en la península ibérica. Desde hace unos años se vienen realizando en él campañas de excavación y ya han comenzado los trabajos puesta en valor de un lugar que fue también un gran centro metalúrgico.