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Las razones para viajar a Galicia en septiembre

Rebeca Cordobés

VEN A GALICIA

Colas de gente para subir a los barcos de las Cíes hace una semana.
Colas de gente para subir a los barcos de las Cíes hace una semana. PABLO ROMEU

Evitar la masificación, asegurarse plaza en los principales atractivos turísticos y los precios más bajos son algunas de las ventajas del último mes del verano

31 ago 2021 . Actualizado a las 13:10 h.

Agosto llega a su fin. Pero no el verano. Ni las vacaciones. Si aún buscas dónde pasar estas últimas jornadas estivales, te recomendamos Galicia. Hay muchas razones por las que viajar a la comunidad en septiembre puede ser de más provecho que hacerlo en temporada alta. La masificación, los precios y los aforos limitados por la situación sanitaria son algunos de ellos.

Galicia batió récords de turismo este verano. Sin ir más lejos, el mes de julio fue el tercero de la historia con más visitantes nacionales, con 421.401 viajeros. Hubo zonas incluso que registraron cifras nunca antes vistas. Fue el caso de Costa da Morte y A Mariña, con 21.328 y 19.680 huéspedes, respectivamente. Algunos municipios costeros se pusieron a la cabeza de los ránkings españoles y Sanxenxo se convirtió en el líder imbatible.

Atascos en Pontevedra durante el mes de agosto.
Atascos en Pontevedra durante el mes de agosto. ADRIAN BAULDE

Esta situación dejó estampas como la del fin de semana del 8 de agosto, cuando Santiago pareció haber viajado en el tiempo a un Xacobeo «precovid». O los atascos del puente de agosto en la zona de Pontevedra. O los problemas de aparcamiento en A Illa de Arousa durante todo el mes. La masificación se hizo notar en muchos municipios, que rozaron su límite en términos de abastecimiento, suministro de agua o incluso líneas telefónicas.

Aunque se trata de problemas localizados en el tiempo y el espacio, hay formas de evitarlos si lo que buscas es un turismo más pausado. Viajar en meses como junio o septiembre es uno de ellos. Sin ir más lejos, si se toman los datos del INE sobre visitantes nacionales en 2019, se observa una caída en la ocupación hotelera. De los 404.302 huéspedes de julio o los 504.005 de agosto, se pasó a 330.300 viajeros en septiembre.

En la práctica, esto se traduce en menores desplazamientos, menos atascos y menos problemas de aparcamiento. El último mes estival ofrece una oportunidad para disfrutar de los mismos destinos sin la masificación y sus consecuencias. Y sin olvidarse del buen tiempo. Según el último informe anual de Meteogalicia, la temperatura media en septiembre (17,8º) apenas llega a bajar dos grados respecto a julio (19,5º) y agosto (19,7º). De hecho, suele ser un mes ligeramente más caluroso que junio (17,7º).

Aforos limitados

Todo esto sucede en un verano atípico, marcado por la pandemia y las restricciones. Si hace un par de años era complicado conseguir plaza para algunos de los principales atractivos turísticos como las Cíes, los aforos limitados han agravado la situación. Por ejemplo, la Torre de Hércules solo ha podido recibir 9.000 visitas en lo que va de año. Un cifra muy distante de las 129.000 que acogió en 2019. A mediados de agosto apenas quedaban plazas para visitar monumentos como el Pórtico de la Gloria o espacios naturales como As Catedrais.

La playa de As Catedrais llena de visitantes el 25 de julio.
La playa de As Catedrais llena de visitantes el 25 de julio. PEPA LOSADA

Septiembre trae consigo una disminución en la demanda de las visitas, por lo que resulta mucho más fácil coseguir cita. En algunos casos esto se traduce también en precios más baratos. Por ejemplo, el barco de las islas Cíes reduce el coste de sus billetes de 19,50 a 18 euros.

Y es que los principales atractivos turísticos de la comunidad seguirán ahí cuando agosto acabe. No solo las playas, restaurantes o paisajes. Muchas de las actividades que se desarrollan en época estival se mantienen aún unas semanas más. Ejemplo de ello son las rutas en tren turístico, las visitas nocturnas a la Catedral o las ofertas de turismo activo como los Mércores de Natureza de O Vicedo.

Una agenda cargada

La agenda de ocio también mantiene viva la esencia del verano gallego. Quedan pendientes fiestas patronales como As Peras de Pontedeume, el segundo fin de semana de septiembre, o el San Froilán de Lugo, ya en octubre. Se mantienen en cartel algunos festivales como As Revenidas en Vilaxoán, del 9 al 12 de septiembre. Las citas gastronómicas aún tienen mucho que decir con eventos como la Festa do Pan de Neda, que se celebra este fin de semana. Incluso tendrán lugar grandes eventos de cine como el Festival Internacional de Cortos de Verín, del 4 al 12 de septiembre.

El último mes estival se presenta así como un miniverano en el que disfrutar de Galicia puede resultar más sencillo. Sin masificación en el casco histórico de Santiago, sin colas en O Fuciño do Porco o sin problemas para reservar en las pulperías de Melide. A falta de una situación sanitaria que permita volver a llenar aforos, el turismo fuera de temporada se presenta como una alternativa.