Qué ver en Galicia: cinco lugares para descubrir la zona de Viveiro si vas a disfrutar del Resurrection Fest
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El regreso del festival de metal y «hardcore» es la excusa perfecta para conocer los tesoros de la Mariña Occidental
28 jun 2022 . Actualizado a las 17:47 h.¿Qué hacen Judas Priest o Korn en Viveiro? Sí, el Resurrection Fest ha vuelto. El esperado festival de metal y hardcore se celebra en la localidad lucense del 29 de junio al 3 de julio. Pero aunque darse cita en el escenario principal de la cita es la razón real de su visita a Galicia, estas leyendas del rock bien podrían haber llegado para disfrutar de la zona. Conocida como la Mariña Occidental, la comarca esconde auténticos tesoros que vale la pena descubrir. Desde el emblema turístico de O Vicedo hasta los faros de Cervo, pasando por los acantilados Xove y los ríos de Ourol.
Monte de San Roque, en Viveiro
Viveiro acogerá ni más ni menos que 140.000 asistentes al festival que convertirán sus calles en un hervidero de fiesta y buen rollo. Pero si lo que buscas es escapar de las aglomeraciones, existen rincones donde disfrutar de la calma lejos de los escenarios y los bares. Uno de ellos, además, cuenta con unas vistas privilegiadas sobre la ría y su entorno, con enclaves como el puerto de Celeiro, la playa de Covas o la Illa Coelleira. Se trata del monte de San Pedro y su encanto es tal que hace un tiempo se instaló un banco selfie con el objetivo de que turistas y locales pudiesen presumir de paisaje.
Además del mirador, el monte tiene otros atractivos como la ermita de San Roque, quien, según la leyenda, libró al pueblo de la peste negra. Cuentan que se apareció a escasos metros de la capilla, en la Cova do Santo, un espacio que permaneció oculto hasta el 2018. También se pueden ver un hórreo, un cruceiro y, para disfrute de los pequeños de la casa, un área recreativa con una reserva natural de animales.
O Fuciño do Porco, la joya de O Vicedo
Uno de los lugares que se puede ver desde el monte de San Roque es O Fuciño do Porco, en el vecino municipio de O Vicedo. A estas alturas, describir las pasarelas de madera que permiten recorrer el acantilado con forma de hocico de cerdo sería como hablar de las estructuras de roca que conforman la playa de As Catedrais. Este rincón de la costa se ha convertido en todo un símbolo del turismo en la Mariña lucense. De hecho, es necesario reservar plaza para acceder en los meses de julio y agosto, fruto del enorme número de visitantes que recibe. La entrada, además de gratuita, es una apuesta segura.
Los acantilados de papel de Xove
Por el contrario, el litoral de Xove es el gran desconocido de la Mariña lucense. Una joya para los surfistas y para quienes buscan destinos de costa sin aglomeraciones, tráfico o bloques de edificios en primera línea de playa. De entre sus muchos astrictivos, destacan los acantilados de Morás, más conocidos como acantilados de papel por la curiosa forma que toman. Sus rocas parecen haber sido arrugadas por la ira de un gigante al que no se le da bien la papiroflexia. ¿Te ha entrado la curiosidad? Solo tendrás que conducir diez minutos desde Viveiro.
Faro de San Cibrao, en Cervo
También situado en la costa, pero ya en el municipio de Cervo, se encuentra el pueblo de San Cibrao. Una villa marinera en forma de península que se formó por la unión de una isla, que ahora se conoce como Porto de Arriba, y la zona continental, llamada Porto de Abaixo, a través de un pasillo de arena.
Es en el Porto de Arriba donde se encuentran sus principales atractivos: los barrios marineros con sus casas de colores, su puerto de tradición pesquera y su faro. Conocido también por el nombre de Punta Atalaia, se trata de uno de los lugares con mejores vistas al batido mar Cantábrico, desde donde se pueden observar los tres islotes llamados Os Farfallóns.
Fervenza da Xestosa, en Ourol
Pese a que el nombre de la comarca pueda llevar a pensar lo contrario, la Mariña Occidental también cuenta municipios tierra adentro como Ourol. Y aunque, de nuevo, pueda llevar a equivocación, el agua es uno de sus principales atractivos. Esta vez en forma de ríos, enormes saltos y pozas. Si en el litoral reinan los acantilados, en el interior dominan las cascadas. Prueba de ello es la fervenza da Xestosa, situada en la frontera con el vecino municipio de Muras. Un total de 20 metros de caída rodeado de un bosque de pinos donde respirar aire puro entre conciertos y pogos.
