«A los 42 años me separé, perdí mi trabajo y algo dentro de mí dijo: haz el Camino»
«Un ejercicio que ponemos en las empresas es definir una palabra. El equipo con el que estamos trabajando se pone a debatir, lo de menos es la palabra. Lo importante es lo que suele ocurrir en la escena», revela este emprendedor que a los 42 años se vio volviendo a casa de sus padres y empezando de cero